El grupo armado lo declaró oficialmente ayer en la primera rueda de prensa que da en 10 años | Crónica | Yamit, el asentamiento judío |
La negativa de Hamás al desarme en Gaza provoca roces con la ANP La importancia del precedente
El movimiento dice que la lucha seguirá hasta liberar las zonas de Jerusalén y Cisjordania Por primera vez, I
Fundadores y líderes del movimiento islámico Hamás convocaron ayer la primera rueda de prensa en 10 años. Fue celebrada en Gaza para afirmar que la resistencia armada continuará tras la retirada de Israel de la franja de Gaza y el norte de Cisjordania. Tocados con gorras y con banderas verdes -símbolo del grupo armado- los líderes de Hamás anunciaron que «la resistencia armada no cesará». El líder de Hamás reiteró que continuarán con la resistencia hasta que termine la ocupación de Cisjordania y de Jerusalén, de la misma manera que ha acabado en la franja de Gaza y en el norte de Cisjordania. La retirada de la franja «es el primer paso hacia la liberación de Palestina y para tomar Jerusalén. Nunca será el último paso como quiere Sharón», declaró el líder de Hamás, Ismael Haneya. «El fin de la ocupación es fruto de la resistencia y del sacrificio de nuestro pueblo, de su dolor y de su sufrimiento», aseguró Haneya, añadiendo que «esto demuestra que el único lenguaje para terminar con la ocupación israelí es el lenguaje de la fuerza». Los líderes de Hamás insistieron en que la retirada debe ser «completa» y que los palestinos tienen que controlar sus playas, su espacio aéreo y todos los puestos de cruce y terminales que rodean ese territorio. Fiesta palestina El grupo armado participará en las celebraciones nacionales por la retirada de Israel de los 21 asentamientos de la franja de Gaza «conjuntamente con la ANP (Autoridad Nacional Palestina) y con otras facciones y grupos políticos». «Pero -advirtió- tras las celebraciones nacionales, Hamás tendrá sus propias fiestas durante la retirada». Haneya desveló que Hamás acordó con el presidente pa-lestino, Mahmud Abbás for-mar un comité que supervise la retirada para garantizar la concordia entre los palestinos. La tensiones entre la ANP y Hamás aumentan a medida que llega el día de la retirada israelí de Gaza. El pasado viernes, mil milicianos armados realizaron prácticas ante la prensa simulando que se infiltraban y atacaban los asentamientos judíos. Ésto supone un claro desafío a la ANP y en especial a su presidente, Abbás, férreo defensor de una retirada pacífica que demuestre su control sobre las facciones palestinas. Abbás es consciente de que cualquier ataque contra soldados o colonos israelíes durante la retirada desar¡tará una respuesta de Israel «sin precedentes», como aseguró Sharón. La ANP dio órdenes para que, una vez se vayan los israelíes, la zona sea declarada zona militar cerrada, únicamente puedan acceder funcionarios del Gobierno y ondee exclusivamente la bandera palestina. Mientras tanto, las autoridades israelíes temen que los extremistas de derecha lleven a cabo actos de provocación contra los musulmanes en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. Por ello les restringirán el acceso hoy, jornada de ayuno y oración en el calendario judío. Por otro lado, las fuerzas palestinas está en máxima alerta con 7.500 soldados desplegados en la franja de Gaza para evitar los enfrentamientos.