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Mueren dos personas al sur de Italia al caer la avioneta en la que viajaban

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colpisa / afp | londres

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La investigación sobre los atentados del 7 y 21 de julio en Londres parece privilegiar cada vez más la tesis de un terrorismo «made in Britain», sin influencia ni dirección extranjera, a pesar de que tras los ataques todo el mundo juzgó a Al Qaeda como la primera pista a seguir. Según fuentes de los servicios antiterroristas británicos, citadas por el diario The Independent (centro izquierda), estos ataques serían obra de dos células 100% británicas, sin conexión con una red terrorista y sin un cerebro extranjero. «El punto clave es que los acontecimientos no estuvieron vinculados» a una organización exterior, declaró al diario una fuente del contraterrorismo. «Parece que (los terroristas) evolucionaban en circuito cerrado y que no recibían consignas de un cerebro», añade la misma fuente. Tampoco existiría por el momento una relación entre los cuatro presuntos terroristas del 7 de julio, todos muertos al explotar, y los autores de los atentados del 21 de julio. La Policía cree que estos últimos no serían más que 'émulos' de los primeros. La implicación de Al Qaeda Por el momento tampoco se ha demostrado la implicación de Al Qaeda, a pesar de que la red terrorista reivindicó las dos series de atentados. «Lo que nos preocupa es que los servicios secretos no repararon en ninguno de ellos», añade la fuente de The Independent , que estima que «existen muy probablemente otras células de las que no sabemos nada». Aislado, el grupo del 7 de julio se habría radicalizado por la influencia de Mohammed Sidique Jan, de 30 años, el mayor del grupo y el que habría dirigido la operación. Esta autosuficiencia de las dos células de los atentados de julio, combinada con la vinculación de sus miembros con la propia comunidad musulmana británica, habría forzado el «cambio de las reglas del juego» anunciado por el primer ministro Tony Blair el 5 de agosto. Las nuevas medidas del Gobierno británico para luchar contra el terrorismo pretenden también controlar la entrada o la residencia de predicadores extremistas islámicos. Para el libanés de origen sirio Omar Bakri Mohammed, que abandonó Londres rumbo a Líbano el fin de semana pasado, la medida ha sido ya aplicada. El viernes, el Ministerio del Interior le prohibió la entrada en Reino Unido. «El Home Office ha aprobado un decreto que revoca el derecho de Omar Bakri Mohammed a residir de forma indefinida en Reino Unido y le prohíbe regresar a territorio británico porque su presencia no es del interés del orden público», declaró un portavoz del Ministerio de Interior este viernes. Las medidas adoptadas por el gobierno de Blair se centrarán en el incremento de los controles de acceso y salida del país. Así como las condiciones de asilo en el Reino Unido, que se verán endurecidas.