Una de las puertas del avión chipriota podría haber cerrado mal

Los familiares de las 121 víctimas del avión chipriota siniestrado el pasado domingo en el norte de Atenas han comenzado a enterrar a sus allegados en medio de nuevas hipótesis sobre las causas del extraño accidente. La última teoría, aireada por la radio nacional chipriota, apunta a que una de las puertas del aparato podría haber quedado mal cerrada, circunstancia que habría ocasionado la despresurización de la cabina. Desde un principio se ha barajado la falta de oxígeno en la cabina como origen de la tragedia, pero hasta ahora había sido achacada a un fallo en los sistemas del aparato, que ya había presentado problemas de esa naturaleza en el pasado. Kyriakos Pilavakis, un antiguo mecánico de la compañía Helios, declaró a la televisión griega que un boeing 737-300 sufrió un problema de presión el pasado diciembre en un vuelo de Varsovia, al parecer por un fallo en el cierre de la puerta. El mecánico, que salió de la compañía el pasado enero, atendió a los medios de comunicación tras declarar ante los investigadores durante más de seis horas. A la espera del resultado de las cajas negras, ya enviadas a París para ser examinadas, un técnico de la compañía Boeing experto en accidentes ha vaticinado que no se podrá conocer toda la verdad hasta que finalice la investigación, dentro de seis meses. Siguiendo la pista El misterio nace del relato de los dos pilotos de combate del Ejército heleno que se colocaron junto al avión al penetrar sin aviso en el espacio aéreo griego, que aseguran que el capitán de la nave no estaba y el copiloto yacía inconsciente. Asimismo, afirman que vieron a una persona en la cabina que trataba de hacerse con los mandos. El diario griego Elefterotipia comenta, por su parte, que el mando de la OTAN en Nápoles (Italia) estaba al tanto de la situación y que tiene al detalle los movimientos del avión chipriota. Al parecer, alguien lo habría hecho descender desde 35.000 pies de altura a 7.000 pies y a 800 metros, y aunque volvió a recuperar altura hasta los 7.000 pies, se precipitó a tierra posiblemente por falta de combustible. A estas suposiciones contribuye la autopsia realizada a 26 de los cadáveres ya identificados, entre ellos el copiloto y otro miembro de la tripulación, que al parecer estaban aún vivos cuando el avión se estrelló. Incluso un niño de cinco años sobrevivió apenas un minuto al impacto.