El Gobierno ecuatoriano anuncia el «uso de la fuerza» para controlar a los manifestantes
La huelga petrolera amenaza con hundir la economía de Ecuador
Los militares retoman el control de los pozos, pero la exportación sigue paralizada El Ejército israelí suspendió su actividad ayer en cumplimiento de la jo
Ecuador reanuda de forma paulatina su producción de petróleo, pero no sus exportaciones, tras retomar los militares el control de los pozos ocupados durante las protestas en Orellana y Sucumbíos, provincias amazónicas donde se encuentran los principales yacimientos de crudo. El anuncio se produjo después que el Gobierno del presidente Alfredo Palacio anunciase que aplicará «mano dura» para controlar las protestas. La revuelta es la peor a la que se ha enfrenta Palacio, un médico independiente que asumió el poder en abril tras la destitución de Lucio Gutiérrez, y amenaza con tener efectos devastadores en la economía ecuatoriana, altamente dependiente del sector petrolero. La situación continuaba ayer incierta pese a una propuesta de negociación de los huelguistas, que mantendrán el paro y que exigen a las autoridades la suspensión temporal de «los efectos del estado de emergencia». Mientras, el recien nombrado ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, anunciaba el uso de la fuerza «si es necesario» para controlar la situación. Para negociar, los huelguistas reclaman la liberación del alcalde de Nueva Loja, Máximo Abad, y el prefecto de Sucumbíos, Guillermo Muñoz, quienes, junto con otras autoridades regionales, viajarían a Quito para conversar con una delegación gubernamental encabezada por el ministro de Gobierno, Mauricio Gándara, aunque puede ser complicado. En las negociaciones mediarían organizaciones de defensa de los derechos humanos, la Conferencia Episcopal y autoridades de otras provincias. Mientras tanto, los dos grupos mantienen mutuas acusaciones de actos violentos, pues los huelguistas rechazaron la represión, mientras los militares se quejaron de daños, supuestamente provocados por los manifestantes. El paro La ministra de Economía, Magdalena Barreiro, calificó la situación de «desastre» y reconoció que tendrá efectos en la economía. El país perderá cerca de 500 millones de dólares, de aquí a noviembre, por la reducción de ingresos en las exportaciones petrolíferas, uno de los sectores más importantes.