Empieza la cuenta atrás en Gaza Israel espera una retribución palestina

Fuerzas israelíes completaron ayer, domingo, el desalojo de civiles en otros seis asentamientos en la franja de Gaza, a la par que excavadoras comenzaron a demoler las colonias que fueron evacuadas voluntariamente antes del 15 de agosto. Nisanit y Alei Sinai, en el norte de la franja, y Atzmona, Ganei Tal, Katif y Slav, en el bloque de Gush Katif, se sumaron a lo largo de la jornada a la lista de asentamientos evacuados o en vías de ser desalojados por completo en las próximas horas. En todos ellos se repetían las ya habituales escenas de emoción y tristeza entre sus habitantes, mientras los «evacuadores», vestidos con sus habituales chalecos azules y en el pecho dos pequeños parches con la bandera y el escudo de Israel, procedían a evacuar sus viviendas. «!Vete al Gobierno y dile que pare esto!», exigió indignada Etty Gabay, habitante de Alei Sinai, al tratar de entrevistarla a la puerta de su casa. Como otros muchos habitantes de Alei SInai, Gabay llegó a ese asentamiento en 1982 procedente de otra colonia en la península del Sinaí, por lo que para ellos es la segunda evacuación. Los habitantes del asentamiento tenían prevista esta tarde una marcha de 10 kilómetros hasta el vecino Kibutz de Yad Mordejai, al norte de Gaza, para protestar el desahucio. «Mi casa no está en venta», «Mi corazón llora por ti, Alei Sinai», «Sharón da ejemplo y renuncia a tu casa», eran algunas de las pintadas en las paredes exteriores de la colonia, de la que eran evacuadas 42 familias. Otros colonos del lugar no dudaban en comparar el Holocausto judío a manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y la evacuación de Gaza: «no olvidaremos lo que nos hicieron durante el Holocausto, como no olvidaremos lo que nos hace el Gobierno (israelí)». En otras colonias, como Atzmoná y Katif, cientos de habitantes y jóvenes infiltrados del movimiento colonizador de los «anaranjados» sólo aceptaron abandonar el lugar tras un último rezo en sus respectivas sinagogas, y al que, por solidaridad, se sumaron una parte de las fuerzas de evacuación. Hoy, lunes, Israel procederá a la evacuación del último asentamiento judío en la franja de Gaza, el de Netzarim, uno de los más grandes y de los más castigados durante la Intifada de Al-Aksa. Allí también se encuentra la principal base militar israelí en la zona. Las demoliciones Entretanto, el Ejército israelí ha comenzado las primeras demoliciones de viviendas. Taladradoras gigantescas, excavadoras y grúas demolieron por la tarde el asentamiento de Duguit, en el norte de la franja y evacuado voluntariamente por sus habitantes. En una escena casi dantesca, Eyal Goren, vecino del asentamiento durante los últimos 14 años, presenció y hasta participó en la destrucción de su propia casa. «Pedí subir a la excavadora con el conductor y darle yo los primeros golpes. Es algo horrible, pero tenía que hacerlo para cerrar este episodio de mi vida», manifestó después a la prensa. Duguit era una antigua colonia de pescadores creada en 1990, y en la que sólo vivían 18 familias junto a la playa de Shikmá. Las excavadoras y otras maquinas pesadas llegaron a primera hora de la tarde al asentamiento y avanzaron en las demoliciones al ritmo de una vivienda cada media hora. Ese es el caso también de Peat Sadé, evacuada voluntariamente y donde los tractores avanzaban sobre unas casas de las que sus ex propietarios se han llevado hasta las tejas para colocarlas en sus nuevas viviendas, esta vez en la localidad de Mavkiim, dentro de Israel. Las primeras demoliciones las había efectuado el Ejército el viernes en el asentamiento de Keren Atzmoná, en el bloque de Gush Katif, pero se trataba de frágiles casas que habían sido prefabricadas. La demolición de las viviendas evacuadas por los colonos fue acordada por Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) hace dos meses, en un acuerdo gestionado por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, y los escombros serán retirados por los palestinos.