Israel inicia la expropiación masiva de tierras palestinas al este de Jerusalén

El Ministerio de Defensa israelí y la llamada Administración Civil -que en realidad es militar- han ordenado el inicio de la expropiación masiva de tierras palestinas al este de Jerusalén con el fin de incluir dentro de Israel Maale Adumim, la segunda colonia judía en número de habitantes de los territorios ocupados. Las expropiaciones se iniciaron el pasado fin de semana, mientras se llevaba a cabo el desalojo de los colonos judíos de 21 asentamientos de la franja de Gaza y cuatro de Cisjordania, aunque la noticia no transcendió hasta ayer, miércoles. Las expropiaciones parecen confirmar las peores pesadillas de los palestinos, que no se cansan de denunciar que Israel está explotando la evacuación de la franja de Gaza para anexionarse Cisjordania. El muro Estados Unidos ha dicho en repetidas ocasiones que se opone a la construcción del muro entorno a Maale Adumim, aduciendo que hará inviable la creación de un Estado palestino porque impedirá la comunicación entre el norte y el sur de Cisjordania. El Gobierno israelí aprobó en febrero pasado un trazado para el muro alrededor de Maale Adumim que no era definitivo. Entonces ya se preveía la expropiación de tierras palestinas. El trazado que aprobó el Gobierno de Ariel Sharón difiere ligeramente del inicial. Según el proyecto, el punto más exterior del muro se adentrará 25 kilómetros en el interior de los territorios ocupados, es decir que cortará a Cisjordania por la mitad, ya que en esta zona Cisjordania alcanza una anchura de casi 50 kilómetros. Según la ministra palestina para Jerusalén, Hind Juri, Israel va a expropiar en esta fase 158 hectáreas de tierra palestina, aunque lo más grave es que se van a destruir tierras de cultivo y olivares, y se va a dejar del lado israelí 250 pozos de agua que utilizan habitualmente los palestinos. En total, este sector del muro dejará del lado israelí 67 kilómetros cuadrados de Cisjordania en el área de Jerusalén, según datos oficiales israelíes. Salah Bader, jefe de la oficina de contacto palestina para Jerusalén, declaró que lo que está haciendo Israel es construir una prisión para la población autóctona. «Nos van a meter en una cárcel. La distancia entre el muro ya existente al oeste de Al-Azzariya, que separa este pueblo de Jerusalén, y la nueva barrera que se va a construir al este de Al-Azzariya es menor de dos kilómetros. En la prisión israelí de Ketziot hay incluso más espacio».