Una batalla campal en Bagdad entre la policía e insurgentes deja 15 muertos
Los enfrentamientos ayer entre policías iraquíes y decenas de insurgentes en un barrio suní del oeste de Bagdad han segado la vida de quince personas, entre ellas cuatro policías y dos presuntos rebeldes, informaron fuentes policiales. Según el último recuento de las víctimas, un total de 43 personas resultaron heridas en los enfrentamientos que se desencadenaron en el barrio Hai al Yama después de que unos 40 insurgentes atacaran varios puestos de control de la Policía con fusiles y lanzagranadas. Entre los heridos hay al menos nueve efectivos de las fuerzas de seguridad. Siete vehículos quedaron dañados, dos de ellos de la policía, en el ataque insurgente, añadieron las fuentes que aseguraron que la «situación ahora está bajo control» de las fuerzas de seguridad iraquíes y de las tropas estadounidenses. También indicaron que en los enfrentamientos dos de los atacantes resultaron heridos y detenidos. Hai al Yamá está junto al barrio Al Amiriya, considerado durante los pasados dos años uno de los principales feudos de los grupos rebeldes suníes. Las fuerzas de seguridad iraquíes realizaron varias redadas en los últimos días en varias áreas de los suníes, incluido Al Amiriya, donde detuvieron a decenas de personas acusadas de estar relacionadas con los grupos insurgentes. Las redadas y los enfrentamientos coinciden con el rechazo de los suníes al borrador de la nueva Constitución de Irak, presentada el lunes al Parlamento para su aprobación. Responsabilidad de Bush Los clérigos suníes iraquíes se sumaron a los grupos políticos de su comunidad en su rechazo del borrador de la nueva Constitución, y acusaron al presidente de EE.UU., George W. Bush, de presionar e intimidar a Irak. «Exigimos a la Administración estadounidense que saque sus manos de un proceso que resultará infructuoso y permita que la cuestión iraquí se traslade a Naciones Unidas para evitar injerencias de terceras partes», dijo Abdel Salam al-Kubeisi, portavoz de la Asociación de Clérigos Musulmanes. El Parlamento iraquí recibió el lunes el borrador del texto constitucional, consensuado por chiíes y kurdos, con las objeciones de la comunidad suní. «Esa Constitución equipara el Islám con otras religiones. No garantiza la unidad ni el carácter árabe de Irak», por lo que no la reconocemos, subrayó Al-Kubeisi. El clérigo acusó después al presidente estadounidense de presionar para forzar a la comunidad suní a aceptar el borrador constitucional. «No necesitamos el consejo de una nación con solo dos siglos de vida. somos una civilización arraigada desde siempre en la historia», agregó. Horas antes de que Al-Kubeisi compareciera ante la prensa, el Congreso Popular Suní, una de las formaciones suníes más influyentes de Irak, advirtió de que esta comunidad luchará hasta el final.