El Parlamento iraquí aplaza la Constitución por tiempo indefinido

Ante la incapacidad de los dirigentes iraquíes para ponerse de acuerdo sobre la nueva Constitución del país, el Parlamento aplazó ayer por tiempo indefinido la sesión prevista para adoptar el texto constitucional, a riesgo de desatar una crisis política sin retorno. «La reunión fue aplazada sine die hasta el fin de las consultas de los jefes políticos sobre la Constitución», declaró el jefe del departamento de Información del Parlamento, Bischro Ibrahim. «El proyecto fue enviado al Parlamento dentro del plazo y no hay ningún problema legal. El problema es la falta de un acuerdo entre los políticos» sobre la versión final, agregó. El proyecto había sido remitido el pasado lunes por la noche al Parlamento y su presidente, el suní Hajem al-Hassani, había declarado entonces que los líderes políticos tendrían tres días para conciliar sus posiciones sobre temas como el federalismo -rechazado por los suníes- el rol del partido Baas del ex presidente Sadam Husein y la distribución de poderes dentro del Estado. La sombra de Al-Sadr Los enfrentamientos entre chiíes ocurridos en numerosas ciudades de Irak, causando siete muertos, acentuaron la presión sobre los actores políticos para buscar un acuerdo. Las violencias, en un trasfondo de rivalidad entre la fracción radical de Moqtada al Sáder y el poderoso Consejo Supremo de la Revolución Islámica en Irak (CSRII), uno de los pilares del gobierno, fueron provocadas por enfrentamientos en la ciudad santa de Nayaf, al centro del país. El clérigo radical Muqtada al-Sadr irrumpió de nuevo en la política iraquí dispuesto a luchar incluso contra sus correligionarios chiíes para evitar que se apruebe el borrador de la nueva Constitución. Milicianos del Ejército del Mahdi, grupo afín al clérigo, se enfrentaron con sus rivales de la milicia Al-Badr, brazo armado de la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII), principal partido chií en el actual Gobierno. Por otro lado, la Policía iraquí ha encontrado los cadáveres de 36 hombres, todos con un bala en la cabeza, en el arcén de una carretera situada al sur de Bagdad, informaron fuentes policiales iraquíes. Los cuerpos, con las manos atadas a la espalda, fueron hallados en la localidad de Warida, cercana a la ciudad de Kut, a unos 100 kilómetros al sur de la capital, y cuya población es en su mayoría chií. La Policía cree que estas personas fueron asesinadas hace tres o cuatro días, pero no ha conseguido identificar a ninguna de ellas, añadieron las fuentes.