Las «Simonas» fueron liberadas a cambio de curar a 4 insurgentes

Italia no pagó un rescate por la liberación de las dos cooperantes secuestradas en Irak en septiembre de 2004, Simona Pari y Simona Torretta, las dos Simonas, pero la Cruz Roja de este país accedió a otra exigencia de los captores: curar y operar a cuatro presuntos terroristas heridos en enfrentamientos con las tropas norteamericanas. Toda la operación fue autorizada por el Gobierno y ocultada a las fuerzas de Estados Unidos, y no fue la primera de este tipo. Éstas son las explosivas revelaciones que, sin que nadie sepa muy bien por qué, decidió contar ayer, jueves, el mediador de la Cruz Roja italiana en Irak, Maurizio Scelli, y que han dejado al Gobierno de Silvio Berlusconi completamente al descubierto. La oposición no ha tardado en armar un escándalo y pedir comparecencias parlamentarias. Desde el Ejecutivo, una nota se limitó a replicar que la «reconstrucción» entra dentro de «la esfera de autonomía propia de la Cruz Roja» y que las autoridades «no han condicionado ni orientado su acción», aunque la oposición ha recordado que Scelli era comisario extraordinario de Cruz Roja en Irak pero, «caso único en el mundo», nombrado por el Gobierno. Desmentido a medias Lo único que desmiente el comunicado es que Italia «nunca ha faltado a la colaboración franca y leal» con su aliado de Washington, un principio que ya se puso en duda con el caso Calipari, el agente secreto muerto por disparos norteamericanos durante la liberación de la periodista Giuliana Sgrena el pasado mes de marzo. EE.UU. siempre ha mantenido que Italia no le informó de esta operación y las novedades de hoy podrían darle la razón, aunque también es verdad que éste es el único caso en que Scelli no intervino como mediador. Está por ver si se trata del enésimo caso italiano de incontinencia o vanidad ante el mero acercamiento de un micrófono o hay algún interés detrás, pero el caso es que Scelli reveló los secretos de su trabajo con detalle.