| Crónica | La tierra del caos y la anarquía |
«La ciudad es zona de guerra»Los militares tienen orden de tirar a matar alos saqueadores
Las explosiones e incendios agravan la situación de caos que vive Nueva Orleans. Una catástrofe humanitaria sin precedentes en el país se ensaña una vez más con los más pobres
La situación de Nueva Orleans a cinco días del implacable azote de Katrina era desesperada, pese a que la ayuda empezó a llegar ayer. La ciudad está sumida en el caos, inundada, con incendios incontrolados y bandas de pistoleros que aterrorizan a decenas de miles de refugiados atrapados en ella desde el lunes. A las enormes inundaciones y la emergencia sanitaria -por la contaminación de las aguas, los cadáveres flotando, los desechos y los mosquitos- se suman los actos de bandas armadas que saquean, aterrorizan y disparan contra los sobrevivientes. «Esta es una zona de guerra», dijo Melissa Murray, de 32 años, una funcionaria del centro correccional de Luisiana que facilita ayuda psicológica a las víctimas. El director de la Agencia de Manejo de Emergencias (Fema) del Gobierno federal, Michael Brown, resumió la situación en Nueva Orleans casi con las mismas palabras al señalar que sus unidades de auxilio y rescate están operando «bajo condiciones de guerra urbana». Las situaciones que se han encontrado los soldados en los alrededores del estadio Superdome y del Centro de Convenciones de la ciudad, en las que hay miles de damnificados, han sido calificadas de «vergonzosas» por los propios refugiados, equipos de emergencia y políticos. Decenas de miles de personas esperan agolpadas en torno a estos dos puntos, deshidratadas, hambrientas, enfermas y junto a los cuerpos de los fallecidos, algunos por causas naturales, otros ahogados por la crecida de las aguas, pero también muchos otros con disparos, víctimas de la violencia que impera. Numerosas personas han denunciado violaciones y asaltos a los refugiados -entre 40.000 y 60.000- que se acumulan en torno al estadio Superdome y el Centro de Convenciones. La situación empeora más de noche, debido a la falta de electricidad, lo que sume la ciudad en una profunda oscuridad en la que sólo se aventuran a salir a las calles los saqueadores. A este panorama se han empezado a sumar en las últimas horas los incendios en diferentes lugares de la ciudad. La mañana de ayer empezó con la explosión e incendio en una fábrica de productos químicos a las orillas del río Misisipi. Otros fuegos han prendido en el centro de Nueva Orleans, tanto en edificios industriales como en residencias, pero los bomberos se ven incapaces de controlar las llamas ante la falta de presión en las bocas contra incendios y la imposibilidad de conducir camiones cisterna por las calles inundadas. Algunos de los damnificados de Nueva Orleans que se encontraban en el estadio Superdome fueron evacuados la noche del jueves (madrugada de ayer en España) y llevados al complejo deportivo Astrodome en Houston (Tejas). En contraste con lo vivido en el Superdome allí pudieron ducharse, comer, saciar su sed y dormir en catres de campaña, según mostraban los canales de televisión en una de las pocas imágenes que no han sido de caos, muerte y destrucción. Sin embargo, esa misma noche, con 11.375 personas en su interior, el estadio tejano fue declarado al completo por las autoridades locales que comenzaron a desviar a otras localidades el masivo flujo de evacuados de Nueva Orleans, que llegan no sólo del estadio sino de otros puntos de concentración en la devastada ciudad de Luisiana. Los más pobres Aunque en un principio se anunció que el gran estadio de Houston estaba dispuesto a recibir unos 75.000 refugiados, el Astrodome cerró sus puertas, tras haber aceptado sólo a menos de la mitad de ellos, sumiendo en una gran confusión a las decenas de autobuses que seguían llegando. El estadio «ha sido cerrado y los autobuses han sido desviados a otras ciudades», dijo el oficial de policía Nate Mcduell, sin indicar las razones para esa disposición. Por otro lado, ayer era viernes de quincena, día de pago. Víctor Olmedo se paseaba por lo que queda de Beach Boulevard, en la ciudad fantasma de Biloxi (Misisipi), persiguiendo la remota posibilidad de que alguien pasara por los restos del casino desaparecido en el que trabajaba para decirle qué va a pasar con su última paga. «Por lo menos que la manden cuando sea a la oficina de correos de otro estado», elucubraba el ecuatoriano. La radio local más cercana, que transmite desde el vecino estado de Alabama, ha vuelto a repetir: «Tenemos que dar una mala noticia a nuestros oyentes: hoy tampoco habrá emarís (abreviatura fonética que responde al nombre en inglés de las raciones militares, Meals Ready to Eat). Víctor ladea la cabeza con un gesto de desesperación, pero en el Centro Cívico de Biloxi los que hacen colas desde el ama-necer estallan en blasfemias. «Sólo nos han dado hielo y agua. ¿Qué creen, que somos animales?», protesta Víctor. «Con todo lo pobres que somos en nuestro país, a los dos días de que pase algo ya tenemos luz y agua. Aquí, ¡ni un puñado de sal! Este país sólo se gasta el dinero en guerras», denunció resignada. Entre los militares llegados ayer a Nueva Orleans están 300 soldados de la Guardia Nacional de Arkansas que estuvieron recientemente en Irak. «Estos soldados acaban de regresar de Irak, están bien instruidos, tienen experiencia, han sido probados en batalla y tienen mis órdenes de restablecer el orden en las calles», afirmó la gobernadora de Luisiana, Kathleen Blanco. «Están armados con (fusiles) M-16, preparados y cargados. Estos hombres saben cómo disparar y matar, y tienen toda la voluntad de hacerlo si fuera necesario y espero que así lo hagan», agregó. La «desobediencia civil» obligó ayer a suspender la evacuación del Charity Hospital, de Nueva Orleans, donde un centenar de enfermos -entre ellos varios graves- debían salir de allí ayer, informaron funcionarios médicos. Críticas de Jackson El líder por los derechos civiles estadounidense Jesse Jackson, criticó ayer con vehemencia al presidente George W. Bush, y sugirió que los negros han sido marginados de las funciones más importantes en las labores de rescate por el huracán Katrina . Unas «120.000 personas en Nueva Orleans producen menos de 8.000 dólares por año. Son gente pobre, son gente negra», dijo Jackson aclarando que muchos de ellos no tenían posibilidades de dejar sus casas ante la inminencia del huracán y quedaron atrapados en el desastre, dijo. La Guardia Nacional de Estados Unidos es el ejército más viejo de este país con más de 360 años de historia. Su creación se remonta a la llegada de los primeros colonos ingleses al territorio que actualmente conforma Estados Unidos, y que, fieles a la tradición militar del país norteamericano, crearon sus propias milicias para su defensa, según datos facilitados por la propia Guardia Nacional.