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La victoria socialdemócrata se ve inalcanzable a pesar del repunte de Schröder

Publicado por
Úrsula Moreno - corresponsal | berlín
León

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El último debate de la nación de esta legislatura germana bien podría ser la última declaración de gobierno de Gerhard Schröder. El canciller socialdemócrata defendió con pasión la gestión de su gobierno, «cuyos frutos (de las reformas) comienzan a verse ahora». En un tono mucho más agresivo que el del pasado domingo en el cara a cara televisivo con su contrincante conservadora, Schröder quemó todos sus cartuchos. Acusó a Merkel de falsear las estadísticas del paro y engañar a los alemanes cuando promete reducir la ecotasa y a cambio eleva el IVA en un dos por ciento. La candidata de la oposición a la cancillería tampoco se anduvo a la zaga, finiquitando directamente al canciller: «Usted ya pertenece al pasado, su gobierno ha fracasado». No es la única que diez días antes de los comicios se alza ya con el triunfo. El líder de los liberales, Guido Westerwelle, invirtió ayer los términos: «Hemos escuchado la despedida de Schröder, y una declaración de gobierno de Angela Merkel». Sin mayoría absoluta Aunque a la luz de los sondeos del instituto Forsa hechos públicos ayer, deberían andarse con cuidado. La oposición liberal-conservadora perdía ayer por primera vez en semanas la mayoría absoluta, con un punto menos en la proyección de voto para sus respectivos partidos. Mientras que el SPD salía reforzado de la actuación del canciller en televisión y ven así incrementarse la intención de voto en tres puntos, hasta un 34 por ciento. Con todo, la ventaja de Merkel, con un 42% de los sufragios, es evidente. «La única incógnita de aquí a las elecciones es si Angela Merkel podrá gobernar en solitario o tendrá que formar una gran coalición (con el SPD)», explicó ayer Manfred Güllner, presidente del instituto demoscópico, a un grupo de periodistas extranjeros, en Berlín. «En estas elecciones muchos votarán a la CDU, a pesar de Merkel», añadió en alusión a la poca simpatía que suscita la conservadora. «Schröder sigue despertando simpatías, pero ya no la competencia necesaria», apuntó Güllner. Según el experto sólo un suceso dramático (y puso como ejemplo los atentados de Madrid) podrían dar todavía la vuelta a las encuestas. La falta de participación está pues programada en las «elecciones del desencanto», como las bautizó Güllner.

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