Diario de León

Abondonó el hospital, pero debe guardar reposo y evitar los desplazamientos aéreos

Un Chirac en «buena forma» intenta despejar los rumores sobre su salud

Villepin sustituirá al presidente francés en la histórica cumbre del Milenio en la ONU

En la estudiada salida del hospital se pudo ver a un Chirac bronceado y en aparente buen estado

En la estudiada salida del hospital se pudo ver a un Chirac bronceado y en aparente buen estado

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Esperanza Suárez - corresponsal | parís
León

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Jacques Chirac abandonó ayer el hospital «en muy buena forma», aunque los médicos le han impuesto restricciones para ejercer sus funciones como presidente de la República-francesa. El «pequeño accidente vascular» que le ha mantenido hospitalizado una semana exige descanso y le impide viajar en avión durante el próximo mes y medio. Los médicos le han pedido además que sea «razonable» durante los próximos quince días para avanzar en la recuperación de la visión de uno de sus ojos, afectado por el susto del viernes pasado. Él ha prometido que seguirá su recomendación «en lo posible» porque es «disciplinado». Un mes sin viajar en avión La primera consecuencia es que no podrá acudir la semana que viene a la cumbre de la ONU en Nueva York, en la que unos 170 jefes de Estado y de Gobierno debatirán cómo impulsar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la reforma de la organización. La recomendación médica de evitar los desplazamientos aéreos en el próximo mes y medio ha llevado al primer ministro, Dominique de Villepin, a sustituirle en el mismo foro donde hace dos años y medio se opusiera con vehemencia a la invasión de Irak. Para Villepin será su segunda misión como jefe del Estado en funciones, después de presidir esta semana el Consejo de Ministros. La convalecencia de Chirac refuerza así la imagen de hombre de Estado del primer ministro, que aspira a sucederle como candidato de la derecha en las próximas elecciones presidenciales del 2007, rivalizando con las ambiciones del número dos y ministro del Interior, Nicolás Sarkozy. Esta última semana ha servido para aumentar considerablemente la popularidad de Villepin, que acaba de superar con buena nota los cien primeros días de mandato. Poco después del mediodía, con su mejor sonrisa de profesional de la política, el presidente francés abandonó por su propio pie el hospital militar de Val de Grâce, aunque con el paso ligeramente vacilante. A su lado, tan solo su esposa Bernadette, en una cuidada puesta en escena preparada por el Elíseo para disipar cualquier duda sobre las posibles secuelas de la enfermedad. En sus breves palabras a las decenas de periodistas que le esperaban no hizo ninguna alusión a la situación política. Se declaró «particularmente feliz» por volver a casa y reconoció que «empezaba a tener prisa por salir». Aunque se deshizo en elogios sobre el funcionamiento de la Sanidad francesa, que le ha dejado «maravillado», dio a entender que había pasado hambre. «El tiempo se hacía eterno, especialmente a la hora del almuerzo», confesó este bon vivant, más delgado y ansioso por llegar a comer a casa. «Los médicos me recomendaron que durante una semana sea razonable y lo seré tanto como me sea posible» JACQUES CHIRAC Presidente francés

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