Un documento descafeinado pone fin a una cumbre en la que han participado más de 150 líderes
Los líderes mundiales aprueban una tímida reforma de la ONU
Annan, insatisfecho ante la falta de acuerdo en el desarme y la no proliferación nuclear
La Cumbre del 60º aniversario de la ONU concluyó el pasado viernes en Nueva York tras tres días de trabajos con la adopción de un documento final sobre la modernización de la organización menos ambicioso de lo que se preveía y que fue objetado en términos duros por Venezuela y Cuba. La resolución, aprobada por aclamación, puso fin a la más grande cumbre mundial de la historia en términos de líderes participantes, con unos 150 jefes de estado o de gobierno. El embajador estadounidense John Bolton expresó su satisfacción por el documento, que calificó de «paso importante en el largo proceso de reforma» y que dijo era producto de dos semanas de «difíciles negociaciones». Su satisfacción contrastó con las posiciones de Venezuela y Cuba que, además de Bielorrusia, expresaron sus reservas al texto que regirá los destinos de la reforma de la ONU en los próximos meses. Este es «un documento que en algunos de sus contenidos va a traer serias consecuencias para la mayoría», dijo el canciller venezolano Alí Rodríguez. Rodríguez mostró sus sospechas sobre que el Fondo de la Democracia, recién creado en virtud del documento, podría ser usado para que «se financie la ingerencia en nuestro país». Sensaciones encontradas Annan se mostró satisfecho, admitiendo sin embargo que esperaba algo mejor: «creo que es un éxito, es un buen documento y nos puede servir de base para proseguir nuestros esfuerzos». «Todos hubiéramos querido obtener más, pero es un paso adelante importante», agregó, denunciando en particular el fracaso de los Estados miembros para ponerse de acuerdo sobre una de las grandes cuestiones del momento: el desarme y la no proliferación nuclear, que se cayó del texto.