Merkel y Schröder luchan por la cancillería en su primera toma de contacto

Los adversarios políticos en Alemania rompían ayer el hielo, sentándose a dialogar. Aunque tanto Gerhard Schröder como Angela Merkel persisten impertérritos en su derecho a formar gobierno, ayer conversaron durante casi una hora en Berlín. La democristiana calificaba el encuentro de «constructivo, teniendo en cuenta las circunstancias», y anunciaba que volverán a reunirse el miércoles próximo para nuevas consultas. Porque aunque comienza a perfilarse que podría ser un gobierno de gran coalición entre la izquierda y la derecha el que saque a Alemania de este callejón sin salida, la guerra de nervios (y de nombres, entre los que quizás no estén ya ni Schröder ni Merkel) demoraría semanas. También Franz Müntefering, el presidente de los socialdemócratas, expresaba al término de la reunión su deseo de retomar las conversaciones con los democristianos, pero bajo la premisa de que Gerhard Schröder siga siendo canciller. Éste por su parte reivindicaba el derecho de que «los que han puesto las reformas en marcha, sigan adelante con ellas». Las chispas habían saltado antes de que ambos frentes entraran a dialogar. Edmund Stoiber, al frente de los conservadores bávaros (CSU), había insistido en que el SPD «tiene que empezar a darse cuenta de que no ganaron, sino que perdieron las elecciones». El partido de Schröder obtuvo 222 escaños, tres menos que los democristianos y sus socios bávaros. Schröder por su lado hace cuentas muy particulares para defender la victoria de su partido. El Süddeutsche Zeitung publicaba ayer informaciones según las cuales los socialdemócratas quieren que en el futuro la Unión Democristiana (CDU) de Merkel y sus socios bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU) sean considerados grupos parlamentarios distintos. No obstante, los socialdemócratas desmentían su intención de solicitar una reforma del reglamento del Bundestag, que considera ambos partidos un solo grupo parlamentario desde finales de los 60. Ayer se reunieron también liberales (FDP) y democristianos. El tiempo dirá si el liberal Guido Westerwelle podría convertirse en la bisagra que preparase a conservadores y Verdes para una eventual «coalición Jamaica».