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Miles de refugiados intentan regresar mientras la policía prohíbe la entrada a las ciudades

Tejas diseña un plan de retorno de los evacuados para evitar el caos

El miedo a los saqueos y la falta de higiene, causas básicas de las restricciones

Un grupo de personas evacuadas sube con sus escasas pertenencias a un autobús en Lake Charles

Publicado por
Tatiana López - enviada especial | port arthur
León

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Más de quince coches de policía bloquean la carretera 27 de Port Arthur apenas dos días después del paso del huracán Rita por la ciudad. A cinco metros, decenas de refugiados llevan más de cuatro horas esperando poder volver a sus hogares. El regreso de los evacuados se ha convertido en el principal problema de las autoridades estadounidenses. A pesar de las advertencias, sin dinero y sin gasolina, la población de las zo-nas más afectadas se encuentra desamparada y sólo el regreso al hogar supone una opción aceptable. «Estoy embarazada, quiero irme a mi casa», grita ante las cámaras italianas Erika, de 18 años. Con paciencia limitada, un agente repite por enésima vez las causas del bloqueo: «No se puede pasar porque no hay agua, ni luz y hay riesgo sanitario. Además el peligro de robos es muy alto en estos momentos». Aún así, con el paso prohibido desde Beaumont hasta el norte de Luisiana, los evacuados se quejan de que los refugios ya no les quieren dar cobijo. Multitud de problemas «A nosotros nos dijeron que volviéramos, pero no que habían bloqueado las entradas», relata Mario Miguel, quien agotó el poco combustible que tenía para volver a Port Arthur. Otra gente, como Diana Calderón, ni siquiera encontró un techo para pasar la tormenta. «Cuando llegamos no había sitio, así que estuvimos toda la noche dentro del coche debajo de un techo», comenta. Al igual que ella, miles de personas atascadas en la carretera debieron dormir a la intemperie. Un reguero de coches abandonados en la autopista 10 Este, que une Port Arthur con Lafayette, es la mejor prueba del pánico vivido la noche del sábado. «Yo pensé que me moría, que nos quedábamos ahí» afirma. Pero la suerte quiso que Diana, su marido y sus tres hijos consiguieran sobrevivir e incluso llegar a 6 kilométros de su casa. «Ahora sólo puedo pasar si demuestro que soy enfermera, pero perdí mis papeles», comenta desesperada.

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