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Polémica por la expulsión del congreso de un disidente de Irak

La salida forzosa de un anciano de 83 años por calificar de «tonterías» los argumentos para invadir el país ensombrece el Congreso Laborista y obliga a retractarse a la cúpula del partido

Publicado por
Imanol Allende - corresponsal | londres
León

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La expulsión de un anciano de 83 años del Congreso Laborista por calificar de «tonterías» los argumentos expuestos por el ministro de exteriores Jack Straw para defender la invasión de Irak, no es el tipo de titular informativo que ha buscado el primer ministro Tony Blair como colofón de un congreso que se prometía positivo. Walter Wolfgang, un refugiado judío que sobrevivió a la Alemania nazi y con más de 57 años de militancia laborista, era sacado en volandas de la sala del congreso por los abigarrados cuerpos de seguridad el pasado miércoles. El suceso se ganó ayer los titulares de toda la prensa británica, que ya apoda al que fuera vicepresidente de la Campaña para el desarme Nuclear y participante cual de la Coalición contra la Guerra de Irak, como Wolfie. Una vez en el hall del palacio de congresos, la policía confiscó el pasaporte de este hombre y le prohibió la entrada en la sala utilizando la ley sobre prevención del terrorismo. También fue expulsado de la sala de conferencias otro militante laborista, Steve Forrest, por salir en defensa del anciano. Ridículo Wolfgang no sólo se ha disculpado por su insulto, sino que además describió su tratamiento como «trivial» comparado con el «enorme error» de invadir Irak o de poseer armas nucleares. La sensación de haber hecho el ridículo es tan enorme en las filas de la cúpula laborista que en las últimas horas no sólo Straw e Ian McCartney han pedido públicamente disculpas por el suceso, sino que el propio Blair aprovechó las cámaras de la televisión para disculparse al tiempo que echaba las culpas a los servicios de vigilancia «compuestos en su mayoría por personal voluntario», explicó Blair. Este agregó que «se ha tratado de un exceso de celo, en el futuro y cuando se trate de ancianos tenemos que asegurar que estas situaciones son tratadas de una manera más sensitiva.» El suceso ha sido ya aprovechado por las familias antiblairistas para descalificar las maneras arrogantes y presidencialistas de la dirección del partido.