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Cinco explosiones estallaron casi simultáneamente en los abarrotados locales nocturnos

Al menos 25 muertos en un nuevo ataque contra turistas en Bali

Todo apunta a que ha sido obra de la Yama Islamiya, el brazo de Al Qaida en el sudeste asiático

Publicado por
B. Lopulalan / M. Centenerama - jimbaran / yakarta
León

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Cuando están a punto de cumplirse tres años del brutal ataque del 2002 que causó más de 200 muertos, Bali volvió ayer a ser objetivo de los terroristas. Una serie de atentados en cadena en distintos puntos de la turística isla indonesia dejaron al menos 25 muertos -entre ellos un número aún sin determinar de extranjeros- y cien heridos, aunque otras fuentes elevan la cifra de fallecidos a 32. Las sospechas apuntan a una posible autoría de los radicales de la Yemaa Islamiya, vinculada a Al Qaida. Cinco explosiones sincronizadas golpearon los concurridos locales nocturnos y hoteles de las zonas turísticas de Kuta, Jimbaran y Nusa Dua entre las 18.50 y las 19.00 hora local (13.50 y 14.00 en España), sembrando el pánico entre la gente. Un australiano, un japonés y un europeo -posiblemente británico- están entre las seis víctimas mortales identificadas hasta anoche en el tanatorio del hospital Sanglah, donde están ingresados con heridas otros 35 turistas. Este centro hospitalario, el mayor de la isla, se colapsó y los heridos tuvieron que ser atendidos en pasillos y salas de espera por personal médico de refuerzo procedente de otros municipios. El embajador de España en Yakarta, Dámaso Larios, no tiene constancia de víctimas de nacionalidad española, pero agregó que «todavía es pronto para hablar de cuántas víctimas hay y de nacionalidades». Sol Meliá, la única cadena española con establecimientos en Nusa Dua, señaló que los turistas nacionales no se han visto afectados por los atentados. Pánico en el cafe «Raja» La mayor de las explosiones se registró en el café Raja, en el centro de Kuta. El local quedó destrozado y los cristales de todo el edificio saltaron por los aires, causando heridas de gravedad en numerosos transeúntes de la concurrida calle. «Había gente tirada en las calles con heridas graves, sangre corriendo por la calle... tuve miedo de ir al restaurante pensando lo que podía ver allí», explicó el británico Daniel Martin explicó a la BBC. En la playa de Jimbaran, dos bombas estallaron a la vez a tan sólo 200 metros de distancia en dos restaurantes repletos de turistas, quienes abandonaron la zona corriendo en busca de refugio. Poco más tarde, la policía descubrió que otros siete artefactos explosivos permanecían enterrados entre la arena. Toda la playa fue acordonada como medida de seguridad, mientras los artificieros desactivaban los explosivos y los equipos evacuaban a las víctimas con la ayuda de linternas, tras la caída de la red eléctrica. Lugares públicos Otras dos bombas de menor intensidad estallaron en Nusa Dua, la península meridional de la isla donde están instalados la mayoría de hoteles de lujo, y delante del Hard Rock Café de Kuta, al parecer sin causar víctimas mortales. «Es obvio que esto es un acto terrorista porque ha sido indiscriminado y cometido en sitios públicos», declaró con nerviosismo el presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono en rueda de prensa en el aeropuerto militar de Yakarta, donde mantuvo una reunión de crisis con la plana mayor del Gobierno y los jefes de la Policía, el Ejército y los servicios secretos. Toda la isla estaba anoche en estado de máxima alerta ante el temor de nuevas explosiones.