¿Por qué la isla de los dioses?

Bali, conocida como «isla de los dioses», empezó a hacerse célebre en Europa en los años veinte, cuando escritores y pintores estetas la proclamaron el último paraíso de la Tierra. Pero fue sobre todo el surf lo que la colocó en el mapa del turismo de masas. Desde entonces, la isla de Bali se ha convertido uno de los destinos preferentes del turismo en Asia, sobre todo, del australiano (uno de cada diez de ellos lo ha visitado). Las olas y las playas de arena blanca (en el sur) y negra (en el norte), eso es lo que tiene Bali para los australianos. Y los australianos¿ eso es lo que tiene Bali para los fundamentalistas islámicos. Porque Bali es, simplemente, el lugar donde se pueden encontrar más anglosajones en toda Asia. Frontera interna Esto basta para explicar que la isla haya sido ya objeto de dos atentados graves. Esto, y el hecho de que la población balinesa sea en un 80% de religión hindú (tan sólo son musulmanes los pescadores de la costa), lo que convierte a Bali en una de esas fronteras internas de Indonesia, un país con más de 18.000 islas, 300 etnias y casi tantos conflictos religiosos y políticos. Esto es también lo que lleva a algunos a preguntarse si realmente se trata de terrorismo global o de un fenómeno local, una más de las formas de violencia sectaria que se practican en Indonesia. Contra lo que pueda parecer, nadie lo sabe con certeza. Se cree que existe una relación entre Osama bin Laden y la Yemaa Islamiya, casi con total seguridad el grupo indonesio tras estos ataques, pero la tesis ha perdido credibilidad desde los juicios por los atentados del 2002, donde sólo se pudo condenar a su líder espiritual, el fanático Abu Baker Basir, por delitos bastante inconcretos. El modus operandi de los atentados de Bali es claramente distinto al de otros atribuidos a la red de Al Qaida. Presentan además una coartada moralista (la destrucción de locales considerados indecentes) que poco tiene que ver con los ataques indiscriminados al sistema de transportes de Madrid o de Londres en un contexto mediático y espectacular. Conexión con Al Qaida Exista o no una «conexión Al Qaida», una cosa está clara: desgraciadamente, y a la vista de los cristales y la sangre que cubrían ayer de nuevo la playa de Kuta, los terroristas parecen dispuestos a darle una segunda oportunidad a la Justicia indonesia para averiguarlo.