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| Análisis | Choque tectónico en Cachemira |

La diplomacia del terremoto El Gobierno indio ofrece ayuda a Pakistán, su gran enemigo

Al golpear de lleno una de las zonas más conflictivas del mundo, el seísmo de ayer ofrece una oportunidad de acercamiento entre India y Pakistán

Publicado por
Miguel Anxo Murado - efe | nueva delhi

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Cachemira es un campo de batalla tanto para la política como para la Geología. El conflicto geológico comenzó hace cincuenta millones de años, cuando el subcontinente indio a la deriva se estrelló contra la enorme masa de Eurasia. En el punto de contacto surgió una cordillera, el Himalaya. Y Cachemira. El terremoto que ayer sembró el pánico y la muerte en Cachemira y Pakistán no es más que la última escaramuza en esa lucha entre placas tectónicas, todavía sin resolver. Mucho más reciente, tampoco el conflicto político que se vive en la superficie de Cachemira se ha resuelto aún del todo. Empezó en 1947 por la indecisión de un solo hombre, el maharajá hindú Hari Singh, que reinaba sobre una región poblada mayoritariamente por musulmanes (aunque algunas comarcas son de mayoría hindú o budista) y no fue capaz de decidir si unirse a los recién independizados India o Pakistán. Esto condujo a los vecinos a una guerra por esta tierra pobre. Desde entonces ha habido otras tres más, la última hace seis años. Famosa por su lana y su azafrán, a Cachemira le cabe también el dudoso honor de albergar el campo de batalla más alto del mundo: el Glaciar de Siachen, donde los soldados han llegado a luchar provistos con máscaras de oxígeno. Desde 1971 una llamada «línea de control» separa el territorio administrado por India y el administrado por Pakistán, pero ni uno ni otro reconocen esa demarcación como frontera. Baste decir que la edición en CD-Rom de la Enciclopedia Británica fue prohibida en India hace unos años simplemente porque mencionaba una «Cachemira pakistaní». Desde finales de los años 80 el conflicto ha derivado hacia la práctica del terrorismo, sobre todo por parte de Pakistán, lo que ha aprovechado India para, tras los sucesos del 11-S, forzar la presión internacional sobre su vecino. Así, en el 2002 se dieron pasos para la desmilitarización y se iniciaron negociaciones que condujeron a un alto el fuego el año siguiente. A ello han seguido medidas de cooperación económica, entre ellas una muy simbólica: la creación de la primera línea de autobuses que recorre todo el territorio de Cachemira. Había comenzado a funcionar hace apenas unas semanas. Pero fue precisamente un seísmo, el de Gujarat, en la India, hace cuatro años, el que proporcionó la mejor oportunidad para escenificar este frágil acercamiento. Entonces, por primera vez, Pakistán envió ayuda a su enemigo, y alguien acuñó un nuevo concepto: «diplomacia del terremoto». Ahora, con el peso de la destrucción en el lado pakistaní de la «línea de control» y en el propio Pakistán, India se encuentra abocada a devolver el gesto en el punto más delicado de las relaciones con su vecino. Si fuera así, el largo conflicto en las entrañas de Cachemira habría tenido al menos un efecto positivo: el de aliviar el mucho más mortífero conflicto (más de 50.000 muertos) que se ha librado durante décadas en la superficie. El Gobierno de la India ofreció ayer ayuda a su vecino Pakistán para socorrer a las víctimas del terremoto ocurrido esta mañana en Cachemira, una región disputada entre los dos países desde hace casi sesenta años que ha sido la causa de dos guerras entre estas naciones. Por el momento, en la zona de Cachemira bajo control de la India se han registrado 250 muertos a causa del seísmo, que alcanzó una magnitud de 7,6 en la escala de Richter, mientras que en la Cachermia paquistaní, donde tuvo su epicentro, los daños fueron mucho mayores y el número de muertos supera ya los mil. El primer ministro indio, Manmohan Singh, envió un mensaje al presidente paquistaní, general Pervez Musharraf, en el que decía que «aunque partes de la India también han sufrido este inesperado desastre natural, estamos preparados para proporcionar todo tipo de asistencia en las operaciones de rescate que considere apropiadas». Singh expresó además sus condolencias por la gran pérdida de vidas y propiedades en Pakistán. El ministro de Exteriores, Natwar Singh, también transmitió a su homólogo, Khurshid Mahmoud Kasuri, sus condolencias para todos los que han perdido a alguno de sus allegados y los que han resultado heridos en la catástrofe. «Le ruego no dude en indicarnos lo que podemos hacer para ayudar en las operaciones de rescate y socorro en las áreas afectadas», dijo el ministro.

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