Alemania aguarda hoy expectante el desenlace del pulso por la cancillería

Alemania espera hoy con impaciencia el habemus canciller, con la vista puesta en la Sociedad Parlamentaria, esa dependencia del Bundestag en donde se arremolinan, además de periodistas, curiosos sabedores de que ahí se cuece el gobierno de los próximos años. Si no se producen nuevas dilaciones, este mediodía se sabrá si Ángela Merkel reemplazará o no a Gerhard Schröder en la cancillería. La aspirante conservadora cuenta con grandes posibilidades, ya que su grupo parlamen-tario obtuvo 226 escaños frente a los 222 de los socialdemócra-tas en los comicios legislativos de hace tres semanas. El diario Bild se aprestaba en su edición de ayer a coronarla ya como «Angie I», en un fotomontaje de la conservadora con tiara y banda azul. Aunque relativizaba su poder, ya que en su séquito serán los «hombres los que tengan la sartén por el mango». Los cuatro primeros espadas, Gerhard Schröder y Franz Müntefering, por un lado, y Ángela Merkel y Edmund Stoiber, por otro, celebraron ayer un nuevo asalto (una reunión a solas que comenzó a las ocho de la tarde, con cena y vino incluidos) en la batalla por la cancillería que libran desde el pasado 18 de septiembre. Al cierre de esta edición aún no había concluido, pero, aunque así hubiera sido, habían acordado respetar un pacto de silencio. Su propósito es volver a encontrarse a solas, una vez más, esta mañana, después de haber deliberado con sus directivas. ¿Se cumplirá lo de a la tercera va la vencida'? Todo indica que en las dos rondas de sondeos mantenidos hasta ahora, los dos partidos han acercado posiciones, tanto en el reparto de carteras como en cuestiones programáticas. Han mantenido absoluto mutismo para evitar que las propuestas generen polémica antes de haber alcanzado un acuerdo. Guerra de nervios Los analistas coinciden en que si la guerra de nervios entra ya en su cuarta semana es porque Schröder se habría declarado dispuesto a abdicar, pero ha apostado alto y, con la ayuda de Franz Müntefering, intenta arrancar a los democristianos el mayor número de carteras que les permita llegar a su ejecutiva con una buena propuesta bajo el brazo. Sólo así los socialdemócratas pasarían por el aro y aceptarían a una Ángela Merkel como canciller. Si la conservadora ocupa la cancillería y su partido se arroga también el ministerio de la cancillería, el SPD bien podría obtener hasta un total de ocho carteras, dos más que sus posibles socios de coalición. Pero la solución no se conocerá hasta hoy.