Guatemala teme que los supervivientes del «Stan» mueran de hambre y frío El magnate ruso Jodorkovski es traladado a un campo de trabajo en Siberia para cumplir condena Caja España abre una cuenta con 12.000 euros

El hotel Bambú Atitlá era hasta hace unos días un remanso de paz en una de las zonas más turísticas de Guatemala, a las orilla del lago Atitlán y rodeado de tres volcanes. Pero después del paso de la tormenta Stan el pasado miércoles, todo a cambio. Al mando de su director, José Ramón de Castro, un vigués que dejó su tierra natal para asentarse en suelo centroamericano hace 15 años, se ha reconvertido en campamento base de la Cruz Roja y los equipos de soco-rro. «Ahora somos centro de acopio de medicinas y víveres para los damnificados», señala por teléfono. Las horas y días posteriores al derrumbre de toneladas de lodo sobre Panabaj, vocablo indígena que significa «lugar entre piedras», serán difíciles de olvidar para José Ramón. «Hemos estado estos días sacando gente herida, muertos... fueron escenas espeluznates, en fin nunca había vivido algo igual, ni quiero repetir», explica. «Familias enteras sepultadas en fango, troncos y piedras de un tamaño increíble. Fue una locura, cuando piensas en ello es que sólo dices que ha sido una locura», añade sin aún haber asimilado todo lo que ha vivido estos días. De Castro cuenta que la lluvia que trajó el Stan quedó embalsada en una de las laderas del volcán San Lucas «hasta que cedió el terreno y todo se vino abajo». «Es una zona en el cauce de río seco donde se asientan familias pobres, por lo que lo que aquí llaman torrentadas le dio de lleno». Después de varios días, «ya es imposible sacar más cuerpos del lodo y se va a declarar la zona afectada como cementerio». «Hay tres metros de barro y la descomposición hacen imposible estar allí, ya se ha alertado de epidemias», señala este español de 46 años padre de dos nios de 11 y 8 años. Ahora la prioridad son los vivos. Y el director del hotel Bambu y numerosos vecinos, entre ellos varios norteamericanos, se han puesto manos a la obra. «Hace seis meses, vecinos y médicos voluntarios de EE.UU. abrimos un pequeño hospital, pero al estar muy cerca de la zona del desastre fue descartado. Se escogió el hotel por comodidad y orden», cuenta De Castro. Y es que hasta los supervivientes han sucumbido ante la cruda realidad y perdieron la esperanza de encontrar con vida a los familiares enterrados bajo toneladas de escombros que sepultaron hace siete días varias localidades guatemaltecas, entre ellas Panabaj. Sólo les queda esperar la llegada de la ayuda prometida, varada en puertos y almacenes ante la dificultad de distribuirla por carretera, y encarar la reconstrucción que todos coinciden en que será lenta y llena de sacrificios. Ahora el temor es que la gente muera de hambre y frío. Cientos de comunidades campesinas de la frontera sur permanecen aisladas por el desbordamiento de los ríos, que al anegar y destruir las cosechas privarán de alimentos a sus habitantes. «Lo peor está por venir, porque todos los cultivos se fueron (...) La gente perdió todo. Vvamos a tener tres meses de ayuda a muchas comunidades que no van a poder sobrevivir por sí mismas», reconocía la Comisionada para el desarrollo de los pueblos indígenas, Xochitl Galvez. El magnate ruso Mijaíl Jodor-kovski, otrora el hombre más rico de Rusia, ha sido trasladado a un campo de trabajo en la región de Tiumen, noroeste de Siberia, informaron ayer familiares cercanos al fundador de la petrolera Yukos. «Al menos, eso es lo que dice la disposición, pero existe la posibilidad de que en el último momento todo cambie», señaló la fuente, citada por la agencia Interfax. Jodorkovski ha sido conducido a la comarca autónoma de Yamalo-Nenetski (Tiumen), mientras su socio Platón Lébedev, ex director financiero de Yukos, fue enviado a la región de Chitá, limítrofe con China. Aunque podría cumplir sólo la mitad de su condena por buen comportamiento, Jodorkovski declaró que permanecerá «en prisión mientras se mantenga el actual temor a la oposición política». Reiteró su inocencia y acusó al Kremlin de orquestar una campaña de acoso y derribo contra su persona y su imperio petrolero por financiar a la oposición liberal. El magnate felicitó el pasado día 7 desde la cárcel al presidente Vladímir Putin, con motivo de su 53 cumpleaños. Lo hizo en el diario Kommer-sant , el último que conserva en Rusia otro oligarca crítico con el Kremlin, Borís Berezovski, despojado de su imperio mediático y refugiado en Gran Bretaña. En la carta aprovechó para criticarlo. La oficina rusa del Grupo de Helsinki considera a Jodorkovski un «preso político» desde que fue condenado el pasado 9 de mayo por estafa y robo agravados, apropiación indebida, fraude y evasión fiscal por sumas multimillonarias. La fortuna del magnate se ha reducido en los últimos dos años de 15.000 a 2.000 millones de dólares, según la revista Forbes. La entidad financiera Caja España ha abierto una cuenta con una aportación inicial de 12.000 euros para solidarizarse con las víctimas de las catástrofes naturales que ha asolado Asia y Centroamérica. Fuentes de la entidad indicaron ayer que con la apertura de esta cuenta se quiere auxiliar a las víctimas del terremoto que ha golpeado a la provincia de Cachemira. Esta cuenta también servirá de ayuda a los damnificados del ciclón de Guatemala, México, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Colombia que ha dejado unos 3,5 millones de afectados. La caja no cobrará comisiones ni gastos a todas aquellas transferencias y movimientos de la cuentas ya abiertas por las oenegés en ayuda de las víctimas e informaron de que la cuenta está abierta a nombre de Damnificados catástrofes naturales Asia y Centroamérica. El número de cuenta es el siguiente: 2096 000 89 3267419004