Diario de León

El juicio se suspende hasta el 28 de noviembre al ser aceptada una petición de la defensa

Un Sadam desafiante rechaza al tribunal y se declara inocente

Huseín increpó al juez kurdo e insistió en que él sigue siendo el «presidente de Irak»

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colpisa | bagdad

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El ex dictador iraquí Sadam Huseín, en todo momento con un Corán en la mano, recusó la legitimidad del Tribunal Especial Iraquí (TEI) y se negó a identificarse ante el juez al comparecer este miércoles en Bagdad en la primera jornada del juicio por la masacre de 143 chiítas en 1982. Después de escuchar el acta de acusación leída por el presidente del tribunal, el ex presidente y otros siete inculpados se declararon inocentes. «Repito lo que ya he dicho, no soy culpable. Soy inocente», proclamó Sadam Huseín en tono solemne. Después de la breve audiencia de ayer, el juez aplazó la sesión y decidió que el juicio se reanude el 28 de noviembre al ser aceptada la petición de la defensa. Todos los acusados corren el riesgo de ser condenados a la pena capital. Entre los cargos que se imputan a los ocho acusados figuran los de «asesinato, expulsión forzada, encarcelamiento, tortura y no respeto de las reglas internacionales». La audiencia vivió un instante de tensión cuando el presidente del tribunal, el kurdo Rizkar Mohamed Amin, cuya identidad se dio a conocer ayer, pidió enérgicamente al fiscal que se limitara a la matanza de 143 chiítas perpetrada en 1982 en la localidad de Dujail, a 60 kilómetros al norte de Bagdad. La acusación asegura que fue Sadam Husein quien ordenó la matanza después de que su automóvil fuera atacado a tiros desde esa aldea. Durante ese duelo verbal, Sadam, sentado junto al ex vicepresidente Taha Yasin Ramadan, adoptó una actitud de total indiferencia, se acariciaba la barba canosa y se mecía en la silla sin preocuparse por el intercambio de argumentos entre el fiscal, el defensor y el presidente del tribunal. Cabina blindada Sadam Huseín se presentó ante el tribunal vestido con traje oscuro, camisa blanca y sin corbata y con un ejemplar del Corán en la mano. El ex dictador fue conducido hasta la sala del juicio por dos guardias a los que pidió que caminaran más lentamente. Después instalado en una cabina blindada frente a los cinco jueces, mientras que los otros acusados se ubicaron en cabinas de un metro de altura. Después de negarse a dar su identidad, Sadam Huseín recusó la legitimidad del TEI, afirmando que su juicio carece de fundamento. «Me reservo el derecho constitucional de hacer valer mis derechos de jefe de Estado y me niego a responder», dijo dirigiéndose al presidente del tribunal. «No reconozco su autoridad porque todo (lo que se hace en este tribunal) carece de fundamento», agregó el ex dictador.

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