Diario de León

Ni el «Wilma» puede con Cuba

¿Por qué los huracanes no causan efectos tan devastadores en la isla como en países más ricos? Los cubanos presumen de tener el mejor sistema de emergencia del mundo

Un grupo de cubanos bromea con los bomberos delante de sus casas

Un grupo de cubanos bromea con los bomberos delante de sus casas

Publicado por
Natasha Vázquez - corresponsal | la habana
León

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En el mismo centro del mar Caribe, la isla de Cuba es ruta obligada de la mayoría de los huracanes tropicales que surcan estas latitudes. Su poder de destrucción se impone, sobre todo, en edificaciones antiguas o en mal estado, abundantes en ciudades como La Habana. Sin embargo, a pesar del azote implacable que significan estos fenómenos meteorológicos, son relativamente pocos los casos de fallecidos por estas causas entre los cubanos. Algo que no ocurre en otros países, donde la naturaleza se vuelve genocida. Mortíferos huracanes que han dejado miles de muertos por Centroamérica y hasta en Estados Unidos, cuando pasan por Cuba apenas hay que lamentar casos aislados de víctimas mortales, muchas por negligencia propia. ¿Cómo logran los cubanos salir ilesos, a pesar de los grandes problemas económicos de la isla? La respuesta a este interrogante está en un bien engranado plan de emergencias que aplica la Defensa Civil en Cuba ante posibles situaciones de catástrofe. Desde el mismo momento en que se comienza a pronosticar una tormenta tropical o huracán que puede afectar al territorio, se ponen en marcha una serie de medidas que contribuyen decisivamente a salvar miles de vidas. En primer lugar, son totalmente desalojadas las zonas de mayor peligro. Esto no sólo se limita a avisos de evacuación para aquellos que decidan escapar por su cuenta a casas de familiares o amigos. Para las personas que no tienen esas posibilidades, las autoridades ponen a su disposición transporte y albergues seguros, en los que se garantiza la alimentación y atención médica durante el tiempo que sea necesario. Los colegios y centros de tra-bajo paralizan sus actividades desde varias horas antes, y se recomienda a la población mantenerse a resguardo en sus hogares. La información oportuna de las medidas de seguridad que es necesario tomar de forma individual, ayuda también a minimizar los riesgos. Otra disposición que ha ayu-dado a disminuir las víctimas en los últimos años ha sido la de cortar preventivamente el suministro eléctrico ante el paso de algún fenómeno de este tipo. Así, los postes y cables eléctricos que puedan caer a consecuencia de los fuertes vientos no constitu-yen un peligro mortal para aquellos que por uno u otro motivo se aventuran a salir durante la tormenta. Evacuaciones Fenómenos como el reciente huracán Wilma, que tanta destrucción causó en México y Florida, ponen de manifiesto una vez más el funcionamiento de este sistema de emergencia, con la evacuación de más de medio millón de personas entre las provincias de Pinar del Río, La Habana y La Habana. Pero no solo los seres humanos son evacuados ante la inminencia de un huracán. Animales de granja, mascotas y hasta enseres domésticos valiosos y escasos para la mayoría, son puestos a buen recaudo. No obstante, las pérdidas son grandes, tanto a nivel de la economía del país como en el bolsillo de cada cubano, que muchas veces ve perder en cuestión de horas o incluso minutos lo que le ha costado muchísimos años de sacrif-cio. Aunque nadie queda a la intemperie, porque al menos se garantiza la reposición de materiales para levantar nuevamente un techo, otros artículos muy necesarios son, en muchos casos, irrecuperables. A pesar de todo, quizás la convicción de que la vida es el bien más preciado, hace a muchos reponer las fuerzas para continuar adelante, des-pués de la tragedia.

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