Aves y fantasmas en un palacio maldito
La mini cumbre europea celebrada ayer comenzó con mal pie desde el momento que un traductor francés de la página en Internet de la Comisión Europea se equivocó y en vez de escribir Hampton Court puso en inglés Short Hampton, (en francés court significa corto). La elección de este lugar parece un chiste malo. En este palacio hace 500 años y con Enrique VII como rey de Inglaterra, tuvo lugar otra cumbre europea, la manteni-da entre el propio monarca inglés con el francés en un intento por llevar la paz a los dos países. El resultado fue tan desastroso que quedó gafado y todas las cumbres posteriores allí celebradas fueron un desastre. Son tantos los fantasmas del palacio -cinco de las seis mujeres de Enrique VIII vivieron aquí- que quizás sea este el motivo por el que líderes como Jacques Chirac decidieran no pasar la noche allí. Una de las características más populares de este palacio es su jardín laberíntico, lo que algún columnista inglés aprovechó para comparar con la tortuosa burocracia en Bruselas. Y para evitar que se repitiera en Hampton Court la masificación de europolíticos, tan criticada en Londres, se acortó las comitivas de cada país. Pero si poco afortunada ha sido la elección de la sede, no menos lo ha sido el logo para anunciarla por todo el mundo. Para espanto de muchos el logo estaba compuesto por una flecha de pájaros migrando, muy apropiado para un momento en el que el mundo hace frente a la incertidumbre de la gripe aviar. Para más inri, por si había poco, el centro de estudios Open Europe difundió ayer un informe titulado Logros de la Presidencia Británica de la UE en el que cada una de sus veinte páginas está en blanco riguroso.