Los ultraconservadores tumban por ser poco de derechas a la candidata de Bush al Supremo
Harriet Miers, asesora legal de George W. Bush y elegida por el presidente para cubrir la vacante del Tribunal Supremo decidió ayer retirar su candidatura debido a la fuerte oposi-ción del ala mas conservadora del Partido Republicano. Bush no pudo mantener a raya sus filas y acepto a regañadientes la renuncia de Miers, quien lo acompana fielmente desde sus anos de gobernador en Texas. La abogada de 60 anos justi-ficó su decisión por lo cuesta arriba que se había puesto el proceso de confirmación, en manos del Senado y que ape-nas iba por la mitad del camino, con un futuro mas que oscuro. «¡No quiero ser una carga para la Casa Blanca¡», senalo Miers en su carta de despedida, cons-ciente de que con esta retirada a tiempo ahorraría a Bush ma-yores disgustos en las próximas semanas. Las principales críticas con-tra Miers vinieron, contra todo pronóstico, precisamente de los propios republicanos. Los más conservadores no estaban satis-fechos con el perfil ideológico de la candidata del presidente a la que no consideran lo sufi-cientemente situada a la dere-cha, en particular en lo relativo al aborto. Otra de las críticas, que comparten por igual los demócratas, es la falta de cualificacion y experiencia -nunca antes ejercio de jueza- para ocupar un sillón de los nueve del Supremo. La gota que colmo la pacien-cia de los senadores con los que se ha reunido Miers desde que fue nominada por Bush el pasa-do 3 de octubre fue la negativa del presidente a entregarles documentos confidenciales en los que se recogen algunos de los consejos que Miers le dio durante su tiempo como su asesora legal. El último varapalo se lo llevó este miércoles cuando la aso-ciación Mujeres Preocupadas por América, el grupo de fé-minas conservadoras más in-fluyentes del país, le pidieron que retirara su candidatura. Miers tampoco convencía, según una reciente encuesta de CNN y USA Today, al 43 % de sus compatriotas. Con casi todo el mundo enfrente, incluso los de su propio bando, no le quedó otro remedio que tirar la toalla. «El ala de la derecha radical del Partido Republicano mató la nominación de Miers», señaló el líder demócrata en el Senado, Harry Reid, quien añadió que «aparentemente Miers no satisface a aquellos que quieren atar al Supremo con rígidas ideologías». Desde su partido pidieron a Bush que «oiga a los ciudadanos» cuando decida elegir al nuevo candidato, lo que prometió que hará «de manera oportuna» en breve, ya que urge ocupar el asiento que dejará la jueza Sandra Day O¿Connor en la más alta insti-tución judicial del país, clave para decidir sobre temas como el aborto o la pena de muerte.