Por esas prisiones ilegales habrían pasado un centenar de presuntos terroristas islamistas
Bruselas promete averiguar si la CIA tiene cárceles secretas en Europa
La República Checa reconoce que dijo no a la oferta de EE.UU. para acoger a reos
La Comisión Europea anunció ayer que ha ordenado un «estudio técnico» para averiguar si la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos dispone de cárceles secretas e ilegales para prisioneros islamistas en varios países del este de Europa, algunos de ellos socios o futuros miembros de la Unión Europea, tal y como informó el diario estadounidense The Washington Post citando fuentes de la Casa Blanca y de la propia Agencia. El portavoz de la Comisión para asuntos de Justicia, Interior y Derechos Humanos, Frisco Roscam, declaró ayer en Bruselas que las pesquisas iniciadas por el Ejecutivo comunitario no alcanzan la categoría de «investigación formal», dado que los únicos datos de los que dispone de momento la Comisión son los publicados por el diario norteamericano, que no cita a ningún país europeo en concreto. Al parecer, con el fin de evitar convertirlos en blanco de ataques islamistas. Sin embargo, sí adelantó que, de ser cierta esa información, las cárceles secretas violarían todas las convenciones internacionales en materia de detención y reclusión y, en particular, la Carta Europea de Derechos del Hombre. «Sitios negros» Según el Post, la CIA montó tras los atentados del 11-S una tupida red de establecimientos de reclusión, a los que denominó «sitios negros», similares al que instaló tras la invasión de Afganistán en la base de Guantánamo, en Cuba. Esas cárceles estarían financiadas con los fondos liberados por el Congreso de Estados Unidos para la lucha antiterrorista, y gestionadas por personal de la Agencia. Por ellas habrían pasado más de un centenar de ciudadanos, mayoritariamente de países árabes y sospechosos de pertenecer a Al Qaida, a quienes se habría detenido, encarcelado e interrogado sin asistencia jurídica ni garantía legal alguna. El diario asegura que entre los detenidos hay 30 presos calificados de «muy peligrosos», a los que Estados Unidos mantiene completamente aislados en celdas sin luz, y en ocasiones construidas en el subsuelo. Alrededor de otros setenta reclusos, según la versión del Post, habrían sido entregados a Egipto, Jordania, Marruecos y Afganistán, entre otros Estados. El diario estadounidense cita al propio Afganistán, a Tailandia y a «varios países de Europa Oriental» como sedes de las cárceles, de cuya existencia, hasta ahora y según el periódico, sólo eran conocedores «un puñado de personas» en Estados Unidos, los jefes de Estado y de Gobierno de los países que los albergan y un reducido grupo de colaboradores de sus respectivos servicios secretos. Países de la Unión Hungría, Eslovaquia y la República Checa, recién incorporadas a la Unión Europea, y Bulgaria y Rumanía, que se integrarán próximamente, negaron ayer rotundamente que en su territorio existan ese tipo de cárceles. Sin embargo, el ministro de Interior checo, Frantisek Bublan, reconoció que su Gobierno mantuvo contactos con la CIA para evaluar la posibilidad de acoger «en régimen de asilo» a varios presos de Guantánamo sobre los que «no pesaban pruebas de su vinculación con Al Qaida», y cuya vida corre peligro si regresan a sus lugares de origen. Según Bublan, la República Checa dijo no a la CIA por razones «de seguridad». Además, también la ex comunista Polonia desmintió ayer la existencia en sus territorios de cárceles secretas, hecho que en parte se justificaba con el apoyo de ese país a la invasión de Irak. Por su parte, el Gobierno de Lituania declaró también que en este país báltico no hay cárceles clandestinas donde la CIA estadounidense mantenga detenidos a prisioneros relacionados con la lucha antiterrorista.