Diario de León

Malestar por el viaje del ex presidente peruano en plena crisis diplomática entre ambos países

Chile arresta a Fujimori por sorpresa mientras dormía?en?un?hotel?de?lujo

El dirigente, reclamado por la justicia y exiliado en Japón, no esperaba ser detenido

Fujimori en el interior de un coche después de ser detenido

Fujimori en el interior de un coche después de ser detenido

Publicado por
Milagros López de Guereñu - santiago
León

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El domingo fue un día de sorpresas para los gobiernos de Chile y Perú -en plena tensión diplomática a causa de la ley para modificar los límites marítimos aprobada por el Congreso peruano- ante la aparición del ex presidente de Perú, Alberto Fujimori, de 67 años, en Santiago. Y según varios analistas, también las hubo para el ex mandatario, quien no contaba con ser arrestado por las autoridades chilenas. Ayer mismo, una comisión del Gobierno peruano que preside Alejandro Toledo, encabezada por el ministro del Interior, Rómulo Pizarro, y el jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Antonio Maldonado, viajó a Santiago para examinar la situación de Fujimori y acelerar el proceso de extradición. Chile descartó de inmediato la posibilidad de una expulsión, que pondría al Chino en una frontera internacional que le permitiría regresar de nuevo a Japón. El ministro de Asuntos Exteriores, Ignacio Walker, aseguró que su Gobierno cumplirá los «trámites judiciales». «Aquí no existe ninguna posibilidad de proceder administrativamente, especialmente cuando hay un marco jurídico que está dado por este tratado de extradición de 1932», enfatizó. Sin embargo, no escondió el malestar por la presencia del hombre que gobernó con mano de hierro en el país suramericano entre 1990 y el año 2000. «Es bastante imprudente, bastante irresponsable» su decisión de presentarse en Santiago, y más aún que llegue «de forma intempestiva y sin aviso previo» durante «la semana más difícil que hemos tenido con Perú en la última década». Fuera de su refugio Fujimori salió de su refugio en Japón, donde vivió los últimos cinco años, amparado por su pasaporte japonés. Aseguró en un mensaje a los nipones que su «autoexilio» está llegando a su fin y adelantó que iba «en ruta a Perú». Tras hacer escala en México, Fujimori llegó a Santiago hacia las tres de la tarde, hora local. En un comunicado adelantó que «era parte del proceso» para volver a su país para participar en las elecciones presidenciales del 2006 al frente de su partido «Sí cumple». A petición del Gobierno de Toledo fue detenido en el elegante Hotel Marriot entrada la madrugada y trasladado a la Escuela de Investigaciones de Chile, donde ayer era sometido a chequeos médicos. El ex presidente está acusado en Perú en 21 procesos penales por delitos de lesa humanidad, peculado, asociación para delinquir y haber permitido la formación de «escuadrones de la muerte». Esta jugada, calificada de maquiavélica en Chile, fue definida por el congresista peruano José Barba Caballero de «amague y fanfarronería electoral». El legislador aseguró que si algún día Fujimori regresa a Perú será contra su voluntad y para responder ante la Justicia. Barba afirmó que el objetivo del ex gobernante no era ser candidato sino consolidar su espacio electoral y promover una lista parlamentaria con fuerza suficiente como para negociar políticamente la eliminación de sus juicios. «No tengo ninguna duda de que no será candidato». Agregó que lo que Fujimori busca es hacerse la víctima para favorecer las simpatías hacia su hija Kaiko Sofía, que sería cabeza de lista. O tal vez Fujimori pensó que no sería detenido o que de serlo podría beneficiarse de un cómodo arresto domiciliario.

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