Los conservadores franceses achacan la violencia a la poligamia de los inmigrantes

Cuando las barriadas conflictivas han recuperado casi la normalidad tras tres semanas de disturbios, el papel atribuido por dirigentes conservadores a la poligamia africana en los disturbios dio pie a la polémica del día. Una jornada en la que las autoridades políticas y religiosas de distintas confesiones tuvieron que condenar el incendio intencionado de una iglesia en el sudeste de Francia, el acto más grave de los últimos coletazos de la revuelta de los suburbios. La policía ha constatado dos focos simultáneos, delante del altar y en la sala de catequesis. La quema del templo fue condenada por el presidente francés, Jacques Chirac , quien prometió que los autores de este «acto inaceptable» y «agresión intolerable» serán perseguidos y sancionados. Más contundente se mostró su ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que fiel a su estilo populista no dudó en calificar de canallas a quienes «arremeten contra los símbolos de todas las religiones de Francia», en alusión a los precedentes de ataques con botellas incendiarias contra mezquitas registrados los últimos días. «Nuestra indignación debe ser total y absolutamente igual sea cual sea el culto blasfemado, ultrajado o incendiado, ni más ni menos», declaró en la sesión de control al Gobierno. «Es en los lugares clandestinos, en los sótanos y en los garajes donde hay extremistas, no en las mezquitas, en las iglesias ni en las sinagogas que viven en el marco de la República», pregonó el ministro del Interior y también de Cultos. Sarkozy es el gran beneficiario político de la crisis, según los sondeos. Una encuesta del semanario Le Point le otorga un avance de once puntos para encaramarse como el político más valorado, con un 63% de opiniones favorables. Un estudio detallado revela que disfruta del apoyo casi total de los simpatizantes de la conservadora UMP -el partido en el poder que preside-, el ultraderechista Frente Nacional y la centrista UDF. La sorpresa reside en la subida de 13 puntos que experimenta entre el electorado socialista. Casi la mitad de los votantes del principal partido de la oposición tienen una buena opinión del gobernante más denostado por sus dirigentes. La polémica sobre la poligamia parece propicia a reforzar la pretensión de Sarkozy de endurecer las condiciones del reagrupamiento familiar de los inmigrantes. «La poligamia está prohibida pero está tolerada en la práctica», denunció el diputado y alcalde conservador Pierre Cardo. «Los chicos más difíciles vienen a menudo de familias polígamas. La imagen que el chaval puede tener de la autoridad parental y en especial del padre está muy degradada», dijo. Se calcula que en Francia viven unas 30.000 familias polígamas, con una media de diez hijos, procedentes de Mali o Senegal, donde es legal.