Irak minimiza las torturas

Por otra parte, el Gobierno iraquí se defendió ayer de las acusaciones de torturas en las prisiones oficiales afirmando que sólo se han registrado siete casos en los centros de detención de Bagdad, donde los detenidos son «terroristas de los más peligrosos». En un tono combativo, el ministro del Interior, Bayane Jabr Sulagh, aseguró que las informaciones sobre malos tratos en las cárceles de Jadriyá «fueron exageradas». Rechazó las afirmaciones según las cuales estos prisioneros fueron detenidos casi de modo clandestino y eran en su mayoría suníes. El país recuerda todavía los tratos vejatorios infligidos a prisioneros iraquíes por parte de soldados norteamericanos en la cárcel de Abú Ghraib, al oeste de Bagdad. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se manifestó «profundamente preocupado» por estos supuestos casos de tortura. Los servicios de seguridad iraquíes, dominados por los chiíes, que controlan también los principales puestos en el Gobierno, ejercen la tortura a gran escala.