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Defiende una Europa más unida pero la dirigente germana deja claro que habrá eje París-Berlín | Crónica | La familia de la cancillera |

Merkel se aproxima a Blair pero no le garantiza apoyo incondicional en la UE El «esposo invisible»

La nueva cancillera y el líder británico se toman el pulso para desbloquear los presupuestos

Tony Blair recibe a Ángela Merkel en el 10 de Downing Street

Publicado por
Imanol Allende Enrique Müller - corresponsal | londres berlín
León

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La nueva cancillera alemana, Ángela Merkel, llegó ayer a Londres para transmitir al primer ministro británico, Tony Blair su deseo de desbloquear el futuro presupuesto de la Unión Europea, pero rechazó tomar partido por ninguna de las posturas enfrentadas. La reunión de los dos mandatarios se había vendido en el Reino Unido como un intento anglogermano por poner fin a este obstáculo antes de que se celebre la cumbre los días 15 y 16 de diciembre en Bruselas. Aunque la sensación en Londres es que Blair es más proclive a alcanzar un acuerdo con la nueva cancillera que con su antecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder, ayer quedó claro que persisten las diferencias entre los dos gobiernos, especialmente en lo que se conoce como el cheque británico , mecanismo por el que el Reino Unido obtienen un reembolso anual de su aportación financiera cercano a los 5.000 millones de euros. «Quiero que se alcance un acuerdo pero la situación de todos los países debe de ser considerada, si un país olvida a otro por sus intereses, no se logrará ningún resultado», indicó Merkel en rueda de prensa posterior a la reunión mantenida con Blair. Uno de los aspectos en los que profundizó Blair con Merkel es la necesidad de reformar la política común agraria, que subvenciona fuertemente a los agricultores alemanes y franceses. En este sentido Blair indicó con anterioridad a la reunión con Merkel que «nuestro objetivo es alcanzar un acuerdo para 2007-2013 antes de que finalice la presidencia británica (31 de diciembre)», y agregó, «queremos lograrlo pero tiene que ser un acuerdo justo para todos los países.» Amigos de Estados Unidos Merkel también llegó ayer a Londres para pedir a Blair que intermedie con Estados Unidos para poner fin a las rencillas surgidas como consecuencia de la invasión de Irak. Francia y Alemania se opusieron a la intervención militar, lo que enfrió las relaciones de estos países con Washington, al tiempo que Londres permanecía como el único vínculo con peso de los norteamericanos en Europa. «Es importante que Reino Unido y Francia trabajen juntos, y por supuesto nuestra relación con Alemania es muy importante», declaró Blair en conferencia de prensa conjunta. Tant Blair como Merkel insistieron en que la unión de los 25 países que forman la UE los ayudará a ser más fuertes ante los desafíos económicos, «por ejemplo en la región asiática». «Europa, especialmente con 25 Estados, sólo funcionará si los países, y sobre todo los mayores, trabajan codo a codo», subrayó el primer ministro británico. Blair, que tuvo una relación difícil con Schröder, debido a sus diferencias ante la guerra de Irak dijo que espera desarrollar «una relación de trabajo muy cercana» con Merkel. Cuando Ángela Merkel fue elegida por el pleno del Parlamento federal como la primera mujer canciller de Alemania, sus padres y su hermano vivieron el histórico momento desde el palco del Reichstag reservado a las visitas ilustres, pero el lugar reservado a su esposo, el profesor de Química, Joachim Saber, estaba vacío. El profesor había dejado saber que sus múltiples tareas en la Universidad Humboldt de Berlín no le permitían acudir al Reichstag y que seguiría los detalles de la votación a través de la televisión. La actitud del profesor de 55 años no extrañó a nadie en Berlín. Joachim Saber (su apellido significa amargo) es conocido en Alemania como el «esposo invisible». La revista Stern se atrevió a bautizarlo como el «fantasma de la Ópera» por su alérgica reacción a las cámaras de televisión y también porque la única vez que se atreve a dejarse fotografiar al lado de su esposa es cuando visita, una vez al año, el festival de Bayreurth. «Yo no tengo prevista ninguna otra aparición pública y no diré nada más ante su micrófono», dijo el profesor a una periodista de la televisión antes de entrar al histórico teatro que construyó Wagner en compañía de su esposa. Varios invitados a la primera función de gala del festival jamás han logrado sostener una conversación de más de cinco segundos con el profesor y solo obtenían como respuesta a sus preguntas enigmáticos no y sí. «El esposo de Merkel es tan avaro con sus apariciones públicas que uno podría creer que ella es soltera», observó el columnista del periódico Bild Hugo Müller-Vogt en un artículo cargado de veneno. «Que se haya dignado a acompañar a su esposa a visitar al papa Benedicto XVI ha sido considerado como una extraordinaria concesión del profesor». Los periodistas y extraños tienen prohibido asistir a las clases magistrales del profesor y sus alumnos se arriesgan a la expulsión de la universidad si se atreven a revelar detalles del famoso profesor. Casados «a la fuerza» Merkel se divorció de su primer esposo, el físico Ulricch Merkel, del que conserva su apellido, en 1981 y diversos medios periodísticos alemanes afirman que Merkel y Sauer ya formaban una pareja sentimental a mediados de los años 80. Tampoco para nadie era un secreto que vivían bajo el mismo techo. Esta situación cambió el 30 de diciembre de 1998, cuando la pareja decidió contraer matrimonio. El cardenal de Colonia había criticado públicamente la «vida pecaminosa» de la diputada democristiana. Poco antes de convertirse en cancillera, Angela Merkel afirmó que su esposo le acompañaría en sus viajes oficiales, pero solo cuando su trabajo de académico le dejara el tiempo libre necesario. «Pero quiero subrayarlo una vez más: yo quiero ser cancillera y mi esposo quiere seguir siendo científico», confesó Merkel. «Es importante que los países más grandes colaboren?estrechamente» ÁNGELA MERKEL Cancillera de Alemania

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