Bush promete honrar soldados caídos al completar la misión iraquí

El presidente George W. Bush agradeció ayer el sacrificio de las familias de los soldados muertos en Irak, horas antes de que los pacifistas se volvieran a manifestar en las inmediaciones de su rancho tejano de Crawford. Bush, que pasa en el rancho la fiesta del Día de Acción de Gracias, honró a los más de 2.000 miembros de las Fuerzas Armadas que han perdido la vida en Irak y Afganistán y aseguró a sus familias que los americanos les estarán eternamente agradecidos. «Extendemos nuestra gratitud a las familias de militares, que están haciendo grandes sacrificios para el progreso de la causa de la libertad», declaró Bush en su discurso semanal de radio. «Ellos saben que honraremos su sacrificio completando la noble misión por la que sus seres queridos dieron la vida». Sin embargo, sus palabras reconfortaron poco a Cindy Sheehan, que el año pasado perdió a su hijo Casey en Irak y que se ha convertido en un icono del movimiento pacifista. «Las tropas volverán a casa. Volverán a casa mucho antes de lo que esta Administración había planeado (...) Esta guerra se va a acabar», dijo Sheehan, tras prometer que ella y sus simpatizantes regresarán a Crawford cada vez que el presidente lo haga. A medida que aumenta la presión política sobre Bush, los militares han intentado tranquilizar a la población de que se está haciendo esfuerzos suficientes en la formación de las fuerzas iraquíes para que puedan regresar algunos soldados. El Pentágono planea reducir el número de soldados, actualmente en 155.000, a unos 138.000 tras las elecciones de diciembre, y llegar a los 100.000 a mediados del 2006.