Los insurgentes aceptan dialogar en vísperas del juicio a Sadam

Los insurgentes iraquíes, en su mayoría de la comunidad suní, expresaron ayer su deseo de dialogar con la Presidencia y participar en el proceso político de Irak, en vísperas de la reanudación del juicio contra el ex dictador Sadam Huseín y a veinte días de la celebración de las elecciones legislativas. La posibilidad de diálogo se produce, al mismo tiempo, que la promesa del Gobierno de Bagdad de perseguir con dureza a los autores de los ataques que ensangrientan el país diariamente. Ayer, cinco iraquíes murieron en un atentado suicida contra una gasolinera en Samarra. La violencia prosiguió, así, en vísperas de la reanudación del juicio contra el ex presidente iraquí y siete altos cargos de su régimen, que mañana comparecerán por segunda vez ante el Tribunal Especial que los juzga por la masacre de 148 aldeanos chiíes en Duyail en 1982. Rebeldes de Al Anbar «Hemos recibido llamadas de personas que dicen pertenecer a grupos armados. Estas personas están en el oeste del país y al norte de Bagdad», declaró a Wafik al Samarrai, consejero de Seguridad Nacional del presidente, Jalal Talabani. Wafik se refería a la provincia suní rebelde de Al Anbar. «Dicen estar dispuestas a par-ticipar en el proceso político», agregó el consejero, precisando que se trata de iraquíes, no de extranjeros. «Algunos son islamistas y otros baazistas», dijo el responsable en referencia al Partido Baaz, el movimiento político en el que se apoyaba la dictadura de Sadam Huseín. Talabani hizo el pasado fin de semana en la reunión de la reconciliación en El Cairo una oferta de diálogo a la guerrilla. «Soy el presidente de Irak y el responsable de todos los iraquíes», dijo antes de agregar: «Si los que se autodescriben como la resistencia iraquí quieren ponerse en contacto conmigo, serán bienvenidos». Las palabras de Talabani acarrearon la publicación en Internet de un comunicado del brazo iraquí de Al Qaida, según el cual, «sólo habrá el diálogo de la espada y el de la sangre». Ayer, el Ejército estadounidense afirmó haber matado a Bilal Mahmud Awad Shebah, alias Abu Ubaydah, uno de los hombres más próximos a Zarqawi, que además de pariente suyo, era su «secretario ejecutivo» y su mensajero. Al Samarrai excluyó del diálogo a «los hombres de Al Zarqawi», el extremista jordano que lidera la célula iraquí de Al Qaida. «No escucharemos a los extranjeros. La única solución para esas personas es volver a sus casas y dejar en paz a Irak», aseguró. La Presidencia iraquí está dispuesta a escuchar a los rebeldes, siempre que «los que luchan por restablecer el viejo régimen de Sadam» abandonen «el combate, que es inaceptable», explicó al Samarrai. El líder del Comité de los Ulemas Musulmanes, la principal asociación religiosa suní de Irak, Hareth al Dari, consideró posible un diálogo entre los rebeldes y Talabani, si la oferta de éste «es seria».