Un político que rompe con los esquemas

André Boisclair, el recién elegido jefe del Partido Quebequense (PQ, nacionalista de corte independentista y hoy en la oposición), rompe todos los esquemas de lo que podría definirse como un «político modelo». Es joven -39 años-, abiertamente homosexual y sin formación universitaria. Abandonó sus estudios de Economía en el segundo año de carrera, aunque después fue admitido en la prestigiosa John F. Kennedy School of Government de la universidad de Harvard, en donde realizó un curso de Administración Pública. Además arrastra un turbio pasado con problemas con las drogas. Presidente del ala juvenil de su partido, a los 23 años Boisclair se convirtió en el diputado electo más joven de la Asamblea Nacional (Parlamento) de Quebec. Entre 1998 y 2003, con el Partido Quebequense en el poder, desempeñó diversas carteras ministeriales. De su etapa como ministro vienen sus problemas con las drogas, que han causado gran revuelo durante la campaña de liderazgo del PQ y le han acarreado numerosas críticas de compañeros y opositores. Varios ministros del Partido Liberal se han ensañado con él y lo han acusado de «carecer de la autoridad moral necesaria para convertirse en primer ministro». La polémica comenzó poco después de que Boisclair anunciara su candidatura al liderazgo del partido. Uno de sus rivales lo acusó de consumir cocaína en su etapa de ministro provincial. Boisclair se vio obligado a admitirlo, pero negó el haberla comprado y afirmó que jamás la consumió durante el desempeño de sus funciones ministeriales. La estrategia, que muchos señalaban como el inicio del fin de una prometedora carrera política, dio resultado. En una reciente encuesta, la gran mayoría no sólo se mostraba dispuesta a perdonar lo que el propio político califica de «error de juventud», sino que un 70% se mostraba dispuesto a votar por él en unas eventuales elecciones generales. La llegada de André Boisclair al liderazgo del PQ supone la culminación del relevo generacional en el movimiento secesionista, y está motivada por la dimisión inesperada de Bernard Landry, uno de los fundadores del partido y ex primer ministro del Quebec, quien el pasado 4 de junio anunció por sorpresa su dimisión como jefe de la formación política.