La apuesta de Blair por la energía nuclear le enfrenta a los ecologistas

El primer ministro británico, Tony Blair, devolvió ayer la energía nuclear al eje central de la política energética de su Gobierno, un anuncio que no llegaba sin polémica. Durante la presentación de su estrategia para cerrar la crisis energética que muchos vaticinan en el Reino Unido, dos activistas de la organización ecologista Greenpeace boicotearon el discurso de Blair ante la Conferencia de la Industria Británica. Los activistas, que iban vestidos con traje y estaban acreditados como congresistas, escalaron el centro de Negocios de Islington, Londres, y una vez en el tejado desplegaron una pancarta en la que se podía leer, «Nuclear, respuesta equivocada». Los manifestantes también se encadenaron al edificio con cables y lanzaron sobre la cabeza de los delegados papelitos. Según Greenpeace el futuro energético del país no pasa sencillamente por construir más plantas nucleares. La organización ecologista indica que el Gobierno debería de apostar también por energías alternativas como la solar o la eólica. «Es necesario un debate abierto y democrático, no uno conducido por activistas y manifestantes que impiden la libertad de expresión», dijo Blair tras un retraso de 48 minutos y desde una pequeña sala adyacente al auditorio principal. «Pronunciaré este discurso aunque sea lo último que haga», bromeó el jefe del Gobierno, al ser interrumpido más tarde por el sonido de teléfonos móviles.