Diario de León

Enlaza el repliegue al adiestramiento de las fuerzas iraquíes, que llevará «tiempo y paciencia»

Bush se propone seguir en Irak hasta «completar la misión»

El presidente de Estados Unidos se niega a poner fecha a la retirada de sus tropas

Bush pronuncia un discurso en la Academia Naval de Annapolis, en Maryland

Bush pronuncia un discurso en la Academia Naval de Annapolis, en Maryland

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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El presidente George W. Bush rechazó ayer de plano fijar un calendario para la retirada de sus tropas de Irak, dejando claro que EE.UU. no se marchará hasta que gane la partida a los terroristas. Y eso será cuando las fuerzas de seguridad iraquíes sean capaces de asumir el control del país, un camino que necesitará «tiempo y paciencia». Bush ofreció un discurso televisado desde la Academia Naval de Annapolis (Maryland) para explicar al país su «plan para la victoria». Cercado por la creciente oposición a la guerra de los estadounidenses, que supera el 60%, y las peticiones de la oposición demócrata para que regresen las tropas a casa, el presidente no quiso dar su brazo a torcer y se apegó a la «línea dura» marcada desde los despachos del Pentágono. Tras señalar que su estrategia en Irak tiene tres frentes -político, económico y de seguridad-, indicó que el repliegue del Ejército estadounidense comenzará cuando las fuerzas de seguridad iraquíes, que están siendo entrenadas por EE.UU., aumenten su capacidad y su número para poder hacer frente por sí solas a los grupos insurgentes. El presidente ofreció detalles sobre los avances conseguidos en este capítulo, como la existencia en la actualidad de 120 batallones militares y de policía, de los que el 40% de ellos ya combaten sin la ayuda de las tropas estadounidenses. «A medida que las fuerzas de seguridad ganen experiencia y avance el proceso político, las tropas de la coalición se retiraran», señaló. «Victoria total» Pero Bush rechazó marcar un «calendario artificial», como denunció que quieren hacer algunos políticos en Washington, para el regreso de los soldados. En un abierto desafío a las críticas demócratas, a las encuestas y al alto coste humano de la guerra, que ya se ha cobrado la vida de 2.100 soldados americanos, señaló que «estaremos todo el tiempo necesario para completar nuestra misión, nunca aceptaremos otra cosa que la victoria total». Y fue más allá: «Si nuestros jefes militares me dicen que necesitan más tropas, las mandaré». Un escenario, no obstante, que parece poco probable. Según recientes documentos oficiales filtrados a la prensa, la Casa Blanca ya tendría diseñado un plan para comenzar el repliegue y pasar de los 159.000 soldados que tiene ahora en suelo iraquí a 138.000 después de las elecciones del 15 de di-ciembre, bajando a los 100.000 para el 2006. El presidente volvió a apelar al patriotismo al señalar que la guerra en Irak hace de Estados Unidos un país más seguro. Desde las filas del Partido Demócrata, su líder en el Senado Harry Reid señaló que el presidente «recicló la misma retórica de siempre y de nuevo perdió una oportunidad para explicar una estrategia real para triunfar en Irak que traiga a casa a las tropas». El propio ex candidato a la presidencia John F. Kerry aseguró que tras escuchar el discurso queda claro que Bush desconoce la realidad de la insurgencia iraquí. Kerry anotó que el presidente tampoco escucha a los mandos militares, que opinan que es la enorme presencia americana la que llega a desanimar a los iraquíes de tomar las riendas de su seguridad «porque no tienen que hacerlo».

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