EL SISTEMA DE VOTACIÓN
¿Por qué se eliminaron las polémicas máquinas capta huellas?
El Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano decidió suspender el uso de las máquinas capta huellas después de una auditoría al sistema automatizado, realizada el 23 de noviembre, en la que técnicos del partido Primero Justicia determinaron que la conexión de las capta huellas con las máquinas de votación pudiera poner en peligro el secreto del voto. A pesar de que los responsables del CNE aseguraban que esto es «imposible», el pasado lunes anunciaron la decisión de suprimir el uso de las capta huellas para evitar «cualquier duda» respecto al proceso de votación y promover la participación. Un grupo universitario interdisciplinar, formado por una treintena de personas, investigó durante más de un año este sistema electoral automatizado único en el mundo, a base de estudiar científicamente su aplicación en el referéndum revocatorio de agosto del año pasado. Las conclusiones a las que llegaron han sido explicadas con todo lujo de detalles a los representantes de los partidos políticos de la oposición, a los observadores de la OEA y, en la noche del pasado viernes, a un grupo de periodistas ex-ranjeros, entre los que estaba este enviado especial. Votos virtuales De las mismas se desprende que «más del 70 % de las máquinas han registrado un comportamiento anómalo», con un «tráfico inusual previo al cierre de las votaciones» y que hubo una transmisión bidireccional de datos «en un volumen no esperado». Ello les permite concluir que «se agregaron votos virtuales desde el servidor del sistema y/o que se cambió el sentido del voto». Otra conclusión sorprendente es que para emitir por este sistema los 8,5 millones de votos registrados, si se parte de la premisa de que para emitir cada uno se precisa un mínimo de 2,12 minutos y un promedio de tres, harían falta 22,5 horas de votación y, sólo se emplearon 18 horas. Las cuentas no salen, pero el estudio despeja muchas incógnitas que, cuando menos, cuestionan este polémico sistema. Un sistema que, según explicaron, testó Irlanda el año pasado y no lo utilizó porque no ofrecía garantías suficientes. Dirigentes de fuerzas conser-vadoras mantuvieron el pasado lunes un encuentro con la misión de observadores de la OEA para que intermediase ante el CNE en su decisión de retirar las polémicas máquinas como condición para participar en la contienda. El CNE suspendió el uso de las dichas máquinas, pero las menciona-das fuerzas decidieron faltar a su promesa y se retiraron de la contienda legislativa. Observadores La Unión Europea envió 150 observadores electorales. Se espera que este grupo trabaje en colaboración con la delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA), que está constituida por poco más de 30 personas. Según los reglamentos del CNE, su presencia está «destinada a evaluar y constatar de manera imparcial e independiente la justicia, equidad y transparencia de las elecciones».