Da a España la misma compensación por la pérdida de??Fondos de Cohesión que ya rechazó en junio
Blair sólo ofrece a Castilla y León mantener lo que cobraba de la UE
Londres propone reducir los fondos a costa de las aportaciones a los países más pobres
La Presidencia británica presentó finalmente ayer su primera propuesta detallada sobre las perspectivas financieras 2007-2013, cuando sólo faltan diez días para la Cumbre Europea durante la cual los jefes de Estado y Gobierno de los 25 intentarán adoptar el presupuesto de la Unión. El papel inglés plantea relanzar las negociaciones estancadas en junio, proponiendo un recorte de 24.000 millones de euros en el monto total del gasto por medio de la reducción de la partida destinada a la política de cohesión de los países del Este principalmente. Sin embargo, pese a que esta partida disminuye una vez más y se fija en 296.900 millones de euros, se mantienen inalterados los fondos previstos para las regiones que, como Castilla y León, salen del Objetivo Convergencia por crecimiento natural, con una dotación de 9.500 millones de euros. Londres propone un gasto total sobre los siete años de 847.000 millones de euros, correspondientes al 1,03 por ciento del PIB europeo en el intento de congraciarse con los contribuyentes netos (Francia, Holanda, Suecia, Alemania, Austria y el Reino Unido) que han venido exigiendo un techo de gasto que no sobrepase el uno por ciento del PIB. La propuesta original de la Comisión Europea, que fijaba el gasto en 1,02 billones de euros, y la luxemburguesa -que lo redujo a 871.000 millones- fueron consideradas simplemente como «inalcanzables» por el ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Jack Straw. Dada la imposibilidad de imponer una reforma de la PAC a franceses y españoles antes de 2013, Londres sugiere reducir el gasto total de la UE recortando la partida de cohesión prevista para los países de la ampliación (14.000 millones de euros menos respecto a la propuesta luxemburguesa), amparado en el supuesto dudoso de que estos países serían incapaces de absorber correctamente los recursos inicialmente asignados a ellos: «De todos modos, los países del Este recibirá un monto enorme (150.000 millones de euros en los siete años) que equivale a dos veces el Plan Marshall del que se benefició Europa Occidental tras la guerra», subrayó Jack Straw. El cheque ingles , el otro gran escollo que frustró la adopción de un acuerdo presupuestario en junio, pasaría de 5.000 millones anuales a 7.000 millones entre 2007 y 2013 de aprobarse el documento presentado ayer. Aunque el cheque británico fundamentalmente se mantiene, la contribución del Reino Unido al presupuesto comunitario aumentará en 8.000 millones de euros a lo largo del próximo periodo presupuestario. «De esta manera -explicó Straw-, contribuiremos con los costes de la ampliación y recibiremos un trato comparable al de Francia e Italia, dos economías similares al a británica». «Una reforma radical del cheque -añadió el ministro inglés- sigue condicionada a una reforma profunda de la PAC», a la que se oponen varios Estados miembros, entre ellos Francia y España. El problema español La propuesta de Londres mantiene en líneas generales lo que obtuvo España de la presidencia luxemburguesa. Pero como ocurrió en junio, no se contempla congelar el cheque inglés de modo que de prosperar la propuesta, España, junto a Italia y Francia, se vería obligada a pagar el 60 por ciento de un cheque que bordearía los 7.000 millones de euros a partir de 2007. En el documento, el fondo de cohesión para España aparece dotado de 2.800 millones de euros, para ser entregados a lo largo de cuatro años: 1.200 millones en 2007, 850 en 2008, 500.000 en 2009 y 250 en 2010. El Reino Unido lanzó ayer un órdago con una fórmula para llegar a un acuerdo en los presupuestos europeos de 2007-2013, pero iba de farol. Londres sabía que no llevaba consistencia una pro-puesta que apuesta por reba-jar las cuentas comunitarias a 846.754 millones de euros, o lo que es lo mismo una rebaja del 1,06% al 1,03% de la renta nacional bruta comunitaria; las ayudas procedentes de los fondos de desarrollo a los nuevos miembros se recortan entre el 7% y el 8%, y el llama-do cheque británico se rebaja en 8.000 millones de euros. El presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durão Barroso, no se creyó el envite británico y calificó el plan presentado por el ministro de Exteriores bri-tánico, Jack Straw, como «ina-ceptable y poco realista». Tanto España como Francia y Polonia han adelantado ya que no apoyarán la propuesta de Blair pues su plan perjudica los intereses de los tres países. «No sirve para resolver ni los problemas de Europa ni los problemas de España» PEDRO SOLBES Ministro español de Economía