Israel se plantea volver a derribar viviendas por el atentado de un suicida Y el perdedor es... Venezuela

Un suicida palestino mató ayer a cinco personas e hirió a 58 en un atentado que perpetró a la entrada de un centro comercial en la ciudad de Netanya, al norte de Tel Aviv, el primero que tiene lugar en Israel desde que Ariel Sharón presentó su dimisión y puso en marcha la campaña electoral. El atentado se lo atribuyó la Yihad Islámica por medio de un comunicado y la grabación de un video por parte del suicida, y lo justificó como una respuesta a las operaciones del ejército que se han cobrado la vida de varios dirigentes y milicianos de esa organización en Cisjordania en las últimas semanas. El suicida, Lutfi Amin Abú Salem, de 21 años y oriundo de Rai, un pequeño pueblo del norte de Cisjordania próximo a Tulkarem, logró entrar Israel por medios que la policía está investigando y a las 11,30 de la mañana llegó al centro comercial Ha-Sharón, en Netanya, una ciudad que se ha visto castigada por numerosos atentados suicidas, el último el pasado mes de julio. Cuando se disponía a entrar los guardias de seguridad lo encontraron sospechoso y lo empujaron a un lado para registrarlo. Varias mujeres lanzaron gritos de pánico. Los guardias de seguridad iban a comenzar a registrarlo cuando el suicida sonrió y activó la bomba que guardaba en una bolsa deportiva. «Vi varios cadáveres y a mucha gente herida pero hay una imagen que no podré olvidar jamás: una mujer joven intentaba despertar a otra que yacía inmóvil a sus pies», explicó Einav Tzabari. En Ramala, el presidente palestino, Mahmud Abas (Abú Mazen), condenó el atentado «terrorista» y prometió que la ANP castigará a los responsables. «Esta operación contra civiles ha causado un daño grave a nuestro compromiso con el proceso de paz y la ANP no se va a cruzar de brazos delante de quienquiera que sea el responsable». Las autoridades israelíes acusaron una y otra vez a Abú Mazen de lo ocurrido y le instaron a que desmantele las milicias . Fuentes palestinas respondieron que no tienen capacidad para hacerlo. Las reuniones de las autoridades israelíes se sucedieron a lo largo de la tarde. El ministro de Defensa, Saúl Mofaz, decidió cerrar a cal y canto Cisjordania, incrementar las operaciones militares en el norte de Cisjordania, incluida la eliminación de dirigentes y milicianos de la Yihad, y solicitar al gobierno que se reanude la demolición de las casas de las familias de los suicidas, una medida que ha estado en vigor hasta que el propio ejército llegó a la conclusión de que era contraproducente y contraria a los intereses de Israel. Se cumplieron las previsio-nes más realistas: el chavismo salió trasquilado de unas elecciones legislativas a las que hace una semana apenas había prestado atención. El objetivo de la oposición, muy lejos de ganar, era impedir que el oficialismo -Movimiento V República (MVR) y demás grupos satélites- obtuviesen la mayoría cualificada de 2/3 de la Cámara para cambiar las leyes a su antojo, incluida la Constitución. Todo cambió con el inesperado anuncio de la mayoría de la oposición de no acudir de comparsas a las urnas, tomando en consideración los claros mensajes de la ciudadanía venezolana, que está cansada y desencantada, política y anímicamente. El chavismo, no tardó en tomar conciencia del escenario que se avecinaba e intentaron reaccionar. El propio Chávez se olvidó por unos días de sus aventuras políticas internacionales y bajó a la arena planteando estos comicios como un plebiscito. Por más que el oficialismo se empeña en defender la legitimidad de una Asamblea Nacional teñida de rojo en la que el MVR cuenta con 114 de los 167 escaños y el resto se lo reparten sus partidos saté-lites -Podemos, Patria para Todos, Movimiento Electoral del Pueblo y MIGATO (Movimiento Independiente Ganamos Todos), entre otros-, lo cierto es que por las urnas pasaron, según los datos oficiales, algo menos del 25% de los venezolanos con derecho a voto. Si a esos se le restan los votos que fueron a parar al Mas -oposición- y a los grupos que habían anunciado su retirada, es evidente que, aún dejando a un lado el supuesto maquillaje de los datos de participación que denuncia la oposición, el chavismo no movilizó ni al 20% del electorado. Qué va a pasar a partir de ahora? Observadores venezolanos independientes coinciden en señalar que el gran perdedor con los resultados de ayer es Venezuela. Entienden que el país queda en un punto muerto del que va a ser muy difícil salir. Temen que se va a producir una radicalización por ambos lados.