La pericia del piloto al cerrar el paso de la gasolina evitó una catástrofe de?mayores dimensiones
Un avión militar se estrella contra un edificio de 10 plantas en Teherán
El vuelo iba cargado de periodistas que iban a cubrir unas maniobras militares
?n avión militar de transporte se estrelló ayer contra un edificio de un barrio residencial de Teherán causando la muerte de más de cien personas, entre ellos todos los pasajeros y miembros de la tripulación y varios vecinos de la vivienda afectada. Entre los fallecidos se encontraban 40 periodistas y varios técnicos de la televisión iraní que viajaban al sur del país para cubrir una maniobra del ejército. Más de 90 heridos fueron transportados a varios hospitales de la ciudad. El avión de transporte militar C-130 había despegado poco antes del aeropuerto de Mehrabad, construido hace más de 50 años y que se encuentra ahora en medio de la ciudad, rodeado de barrios residenciales. Viajaba a Bandar-Abas, al sur del país pero tras sufrir problemas técnicos tuvo que dar media vuelta sin llegar a alcanzar el aeropuerto. Se estrelló contra un edificio de diez plantas del barrio de Yaftabad. Un responsable policial declaró que antes de chocar con el edificio el avión alcanzó las instalaciones de gas doméstico, pero este servicio fue cortado a tiempo para evitar males mayores, por lo que la tragedia puso ser peor. De momento, las autoridades iraníes confirmaron la muerte de todos los viajeros, entre los que había periodistas y comandantes militares. Aunque esperan que el balance fuera más elevado debido a la cantidad de heridos que se encontraban en sus casas en el momento del impacto del avión, las últimas informaciones hablaban de entre 116 y 128 los muertos, ya que muchos heridos se encuentran en estado crítico. Se partió en dos El avión se partió en dos tras el impacto y provocó un incendio que fue rápidamente controlado por los bomberos. La pericia del piloto al desconectar la distribución de gasolina evitó males mayores. Una vez disipado el humo se podía observar el importante boquete que dejó el avión en el edificio. Las llamas emergían por las ventanas, el techo y los pisos del edificio mientras los inquilinos aterrorizados trataban de escapar del complejo de torres Towhid, donde residen familias del personal de la fuerza aérea en el suburbio Azadi de la capital iraní. Los escombros cayeron sobre una estación de gasolina, aplastando los automóviles allí estacionados. Junto al edificio ennegrecido ardían además varias estructuras. Los bomberos lograron extinguir el incendio en el edificio, que resultó dañado y carbonizado pero que quedó en pie. La Policía acordonó el lugar del siniestro e impidió el acceso a los periodistas y a una multitud de unas 10.000 personas que luchaban por acercarse al lugar. Muchos gritaban, temerosos de que sus familiares hubiesen fallecido. Varias horas después del accidente, el edificio seguía humeante.