Diario de León

Tookie tardó 36 minutos en morir por problemas para colocarle la inyección letal

California ejecuta al condenado que reabrió el debate de la pena de muerte

Dos mil activistas, entre ellos muchos famosos, protestaron frente a la prisión de San Quintín

Dos mil activistas pidieron clemencia para el fundador de la banda callejera Crips, Tookie Williams

Dos mil activistas pidieron clemencia para el fundador de la banda callejera Crips, Tookie Williams

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Óscar Santamaría - corresponsal | nueva york
León

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El movimiento para la abolición de la pena de muerte en Estados Unidos tiene desde ayer nuevo rostro. El de Stanley «Tookie» Williams, quien fue ejecutado en la cárcel de San Quintín mediante una inyección letal en la madrugada del martes local (mañana de ayer en España) después de que el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, rechazara horas antes otorgarle el indulto. Su caso atrajo la atención de medio mundo, convertido en símbolo gracias a la intensa campaña desplegada para detener la ejecución llevada a cabo por conocidos actores como Jamie Foxx -quien protagonizó la historia de Tookie en televisión-, Susan Sarandon o Danny Glover, raperos como Snoop Dogg y activistas como Bianca Jagger, el reverendo Jesse Jackson o Desmond Tutu. Pero de poco sirvieron sus esfuerzos. Tookie, cofundador de la banda callejera Crips y acusado en 1979 de asesinar a cuatro personas, moría por inyección letal minutos después de la medianoche local. Según varios periodistas presentes en la sala, el cinco veces candidato al Premio Nobel de la Paz y cuatro al de Literatura por los libros infantiles en contra de la violencia que escribió en prisión, tardó 36 minutos en morir. Ese fue el tiempo transcurrido desde que entró en la fría habitación hasta que fue declarado muerto. Problemas de los funcionarios de prisiones para clavarle la aguja en su brazo izquierdo causó el retraso. Según las palabras de uno de los reporteros, Tookie Williams se mostró nervioso y pareció preguntar a uno de los inexpertos carceleros: «¿Lo estás haciendo bien?». Varias veces miró a la galería de invitados sacudiendo su cabeza. Horas antes, el fundador de la banda callejera Crips había rechazado la que sería su última cena y prefirió quedarse en su celda bebiendo leche, leyendo cartas, viendo televisión y recibiendo la visita de algunos de sus amigos. Tookie deseaba que su ejecución no se convirtiera en un «espectáculo enfermizo y perverso» y que ninguno de los testigos de la acusación asistiera en directo. Tres de sus invitados exclamaron al unísono cuando todo terminó: «El estado de California acaba de matar a un hombre inocente». Vigilia Fuera de la cárcel, alrededor de dos mil personas, entre ellos Jesse Jackson y John Báez, permanecieron en silencio y a la luz de las velas para acompañar a Williams, de 51 años, en sus últimas horas. «Schwarzenegger ha perdido la oportunidad de demostrar que es un político diferente. Sólo ha confirmado que, al igual que quienes le precedieron, está en manos de sus propias ambiciones políticas», aseguró Jesse Jackson, en alusión a los planes a la reelección del gobernador. No obstante, muchos son los que se preguntan cómo afectará su decisión a su ya de por sí delicada imagen pública. Un televidente hizo una interesante observación en la CNN. «¿Por qué nos preguntamos por el futuro político de alguien que no tiene ni siquiera pasado?». El gobernador denegó la clemencia a través de un escueto comunicado. «Después de estudiar detenidamente las evidencias y después de haber escuchado a las partes, no encuentro justificación alguna para conceder clemencia». Schwarzenegger argumentó que el reo no se había arrepentido de sus crímenes. Mientras, los allegados de Stanley «Tookie» Williams han prometido que seguirán luchando para demostrar su inocencia.

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