Una multitud encolerizada contra Siria despide a Tueni en Beirut
Decenas de miles de personas despidieron ayer al diputado y periodista libanés Yibran Tueni al grito de «libertad para el Líbano y castigo para Siria», país al que se responsabiliza de su asesinato. Envueltos en llanto y la furia, libaneses de todas las confesiones recorrieron las calles de Beirut y enarbolaron banderas nacionales hasta llegar a la catedral ortodoxa de San Jorge, donde se oficiaron las exequias. «Queremos la cabeza de Bachar al Asad», el presidente sirio, o «Siria fuera, queremos saber la verdad» (sobre los asesinatos en el Líbano) eran algunas de las consignas más coreadas por los congregados. Varias marchas organizadas por grupos antisirios partieron desde primera hora de la mañana desde diversos puntos de la capital y confluyeron poco después del mediodía frente a la catedral . Allí, el peso abrumador de la pena se mezcló con la conmoción, el cansancio y la determinación de seguir con la lucha. «Nuestros mártires han derramado su sangre por la libertad. Nosotros seguiremos su lucha», dijo Lilian Samaja, empleada de un banco. Ya en el templo, la primogénita de Tueni hizo propio el compromiso de su progenitor y pidió a los presentes no dejarse atrapar por la cólera y «permanecer unidos, cristianos y musulmanes, hasta la liberación total del Líbano».