México, Venezuela, Guatemala y grupos sociales crítican el proyecto
Estados Unidos planea elevar el mayor muro fronterizo del mundo
La barrera cubriría 1.100 kilómetros y su objetivo sería evitar la entrada masiva de inmigrantes latinos
Estados Unidos sopesa construir una barrera fronteriza cuyos 1.100 kilómetros la harían probablemente la más larga del mundo, pero que, según sus críticos, en lugar de parar la entrada ilegal desde México sólo la haría más peligrosa. La iniciativa ha empeorado las de por sí delicadas relaciones entre Estados Unidos y México. Esta semana, el canciller de México, Luis Ernesto Derbez, acudirá a Washington para expresar el desacuerdo de su país con la idea. La construcción del muro fue aprobada por 260 a favor y 159 en contra, como una enmienda a la ley de inmigración que superó el trámite el 16 de diciembre en la Cámara de Representantes. Para que entre en vigor, debe recibir el visto bueno del senado, donde sus partidarios creen tener suficiente respaldo para ello. «A nadie en el Senado parece irritarle» el proyecto, dijo John Keeley, director de comunicaciones del Centro de Estudios de Inmigración, una organización que promueve la restricción de la entrada de extranjeros a EEUU. «La idea es muy nueva y ha recibido un apoyo sorprendente», añadió. Si se concreta, la barrera fronteriza probablemente será la más larga del mundo, dado que la que construye Israel para separarse de los territorios ocupados tendrá acabada unos 700 kilómetros. Como en ese caso, la semántica es importante. En EEUU se insiste en llamarla «barrera» o «cerca», mientras que en México la denominan «muro», en clara alusión al que dividió a Berlín hasta 1989. «Este muro es una vergüenza», dijo el presidente de EEUU, Vicente Fox, el 19 de diciembre en una intervención en Guanajuato. Guatemala y Venezuela también han protestado por la iniciativa, y México pretende reclutar a Colombia, la República Dominicana y los otros países de Centroamérica en su campaña contra la iniciativa. El proyecto prevé cubrir 1.100 kilómetros de los más de 3.000 que tiene la frontera común de ambos países con una «barrera» o «muro» doble que contará con detectores de movimiento e iluminación nocturna. Actualmente, sólo existe una instalación así en una decena de kilómetros en algunos centros urbanos, incluido San Diego. Su costo se calcula en casi un millón de dólares el kilómetro, en un obra que tardaría «un par de años», según Keeley.