Diario de León

La policía federal también espió comercios, casas y almacenes propiedad de musulmanes

El FBI, sin ningún permiso, midió en EE. UU. la radiactividad de mezquitas

Las acciones, parte de un programa de «alto secreto», no tenían autorización de los jueces

Bush conversó el sábado con miembros de las fuerzas armadas para felicitarles la Navidad

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agencias | washington
León

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La Policía Federal estadouni-dense (FBI) y la sección nuclear del Departamento de Energía han llevado a cabo, desde el pasado 11 de septiembre, un programa de «alto secreto» para vigilar los niveles de radiactividad en lugares que son propiedad de musulmanes, entre ellos casas, mezquitas, comercios o almacenes, sin solicitar para ello órdenes judiciales, según publicó la revista US News and World Report . Tras hacerse pública esta in-formación, fuentes policiales confirmaron que después de los atentados terroristas del 11-S se puso en marcha un programa clasificado de vigilancia de radiaciones, que carecía de autorizaciones judiciales, y que, entre sus blancos, han estado propiedades privadas de ciudadanos estadounidenses. Las mismas fuentes aseguraron que el objetivo del programa es evitar atentados de Al Qaida y explicaron que las mediciones se hicieron desde lugares accesibles al público, lo que hace innecesarias las órdenes o autorizaciones judiciales. Dichas fuentes no confirmaron, sin embargo, los lugares que han sido objeto de estas mediciones que, según la mencionada revista, son más de un centenar de propiedades de musulmanes del área de Washington DC y de, al menos, otras cinco ciudades: Chicago, Detroit, Las Vegas, Nueva York y Seattle. El programa se ha conoc-do tan solamente unos días después de que el diario New York Times revelara una misión de espionaje y escuchas tele-fónicas a sospechosos estadou-nidenses, acción que ha sido refrendada por el presidente George W. Bush. Mensaje inoportuno Ibrahim Hooper, portavoz del Consejo para las Relaciones Islámico-Americanas, una organización de defensa de los derechos civiles, calificó el programa de «un shock total» para toda la comunidad musulmana. «Esto crea la apariencia de que los ciudadanos que profesan esta confesión son objetivo simplemente por ser musulmanes, y no creo que éste sea el mensaje que el Gobierno quiere lanzar ahora», dijo Hooper. Por su parte, un portavoz del Departamento de Justicia, Brian Roehrkasse, afirmó que el Gobierno Bush está preocupado por las informaciones que sugieren que Al Qaida está tratando de dotarse de armas químicas, biológicas y nucleares para cometer atenta-dos, y que por eso el Gobierno analiza el aire para detectar posibles indicios de actividad radiactiva. No obstante, el portavoz también aseguró que el Ejecutivo actúa sólo sobre la base de informaciones o pistas específicas, y sin dirigirse contra ningún grupo. Dos responsables policiales aseguraron que el programa no ha tenido como únicos objetivos a instalaciones propiedad de musulmanes.

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