Diario de León

Médico cubano, compañero de colegio de Fidel Castro en los Jesuítas

«Todo lo que tenemos en educación y en salud se lo debemos a Fidel»

Si de algo se sienten orgullosos los cubanos es de su sistema sanitario. Cosme Ordóñez es fundador del sistema de salud pública cubana, uno de los pilares de la revolución

Cosme Ordóñez se siente orgulloso de su amistad con Fidel, su compañero en los Jesuitas

Cosme Ordóñez se siente orgulloso de su amistad con Fidel, su compañero en los Jesuitas

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Julio A. Fariñas - enviado especial | la habana
León

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Cosme Ordonez se graduo en medicina en plena agonia de la dictadura de Batista y se incorporo al proceso revolu-cionario desde el primer momento. Trabajo 46 anos en el Ministerio de Salud Publica y lleva 32 como director de la policlinica Plaza que, a pesar de estar ubica-da en un barrio humilde de La Habana, es un centro de referencia nacional de atencion primaria y de medicina familiar. A pesar de su envidiable currículo y de sus privilegiadas relaciones con el lider máximo de la revolucion es un hombre discreto y sencillo. -¿Por que la revolucion le presto tanta atencion a la cuestion sanitaria? -La historia de salud pública revolucionaria empieza en el famoso testimonio histórico de Fidel: La historia me absolverá . En ese discurso, al analizar la historia de la salud en Cuba, en la America Latina y en el Tercer Mundo, Fidel que planteó que el problema no era la salud ni la enfermedad. El problema era un cuadro caracterizado por la miseria social, la ignorancia, la desnutrición, la falta de educación en salud, de seguridad social y de trabajo. Ese cuadro de miseria social llevaba a un cuadro de miseria biológica en la salud con elevados indicadores negativos. Ya ahí empieza la historia de la salud pública. Cuando el ejército rebelde libraba una comunidad en la lucha contra la dictadura Batista, la salud y la reforma agraria eran las prioridades sociales. -¿Como estaba la sanidad en Cuba cuando llega la revolución? -Cuando empieza el proceso revolucionario teniamos 6.000 medicos. Con 6 millones de habitantes, parecería que era una buena relación de un médico por cada 1.000 habitantes. Pero no era así. Todos los médicos estaban concentrados en La Habana y las capitales de provincia. Había lugares apartados que yo visité al principio de la revolución que nunca habian visto un medico. Empezamos a trabajar y empezó la agresión norteamericana. De los 6.000 médicos, 3.000 se fueron en tres años. De los profesores que teníamos en la Universidad no quedamos más que 12, como los 12 apóstoles. -¿Por qué se fueron? -Nadie los echó. Aquí jamás se hizo una ley contra la práctica privada de la medicina. Desapareció a medida que fue pasando el tiempo porque nadie pagaba por algo que tenía gratis. Hoy tenemos 22 facultades de medicina con estudiantes de toda América, de África e incluso de Estados Unidos. -Dicen que usted es el padre de la medicina de familia en Cuba. -Yo no soy el padre de la medicina de la familia en Cuba, el padre es él [Fidel]. En este policlínico se formaron los 19 primeros especialistas en medicina general integrada. En estos momentos tenemos 32.580 y más de 70.000 médicos distribuidos por todas las partes del mundo donde son necesarios. Todo lo que noso-tros tenemos en educación en salud, en cultura, en deportes y en seguridad social se lo debemos a las ideas de nuestro comandante. En la década de los ochenta él planteó cinco ideas. La tercera fue el poner en cada cuadra un médico y una enfermera capaces de garantizar la salud de esa cuadra. Así nació el médico de familia. Este médico tiene el mismo salario que un cirujano o un cardiólogo. Este médico de familia, a diferencia de sus colegas de otros países, visita el hogar, la escuela y el centro de trabajo de sus pacientes.

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