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| Crónica política | Elecciones en Chile |

Una líder para un país machista

Si Bachelet gana no sólo, por primera vez, una mujer será jefe de Estado de la nación sino, además, habrá un Gobierno paritario. Una auténtica revolución para Chile

Michelle Bachelet, junto a Miguel Bosé, durante el acto que tuvo lugar en Santiago de Chile

Publicado por
Manuel Campo Vidal - enviado especial | chile
León

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Igual que existen dos Chiles, uno moderno y pujante aunque el 18% de la población siga en la pobreza, dos Españas convivieron en las calles de Santiago en el cierre de la campaña presidencial: la España empresarial y la emocional. La España empresarial está perma-nentemente presente en los rótulos de los edificios y oficinas del país: Banco Santander, BBVA, Telefónica, Endesa (vía Enersis), Mapfre, Aguas de Barcelona, ACESA, etc. hasta llegar a las bodegas Miguel Torres. Buena parte de los recibos que pagan las familias chilenas son librados por empresas hispanas, desde la luz al teléfono, desde el agua a los seguros pasando por los peajes. Pero otra España, la emocional, tomó la mítica Alameda de Santiago cantada por Pablo Milanés y Serrat («Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada»), personalizada esta vez por Ana Belén, Víctor Manuel, Ismael Serrano y Miguel Bosé, especialmente popular entre la juventud chilena. Todos en apoyo de Michelle Bachelet candida-ta presidencial de la Concertación (alianza que va de democristianos a socialistas). Bachelet, que tiene enfrente al poderoso empresario Sebastián Piñera, es una pediatra de 54 años, ex ministra de Defensa, hija de un general colaborador de Salvador Allende que murió en prisión después de ser torturado por Pinochet. «Como dijo Pablo Neruda -gritó la candidata a los 200.000 asistentes al mitin- los chilenos llevamos España en el corazón». Pero aún podría haberse reforzado la ración de España emocional porque los teléfonos de la clase política chilena habían recibido una noticia inesperada el jueves: «Felipe González ha llegado en el avión de la mañana». Cierto. Almorzó en el palacio de la Moneda con el todavía presidente Ricardo Lagos y después estuvo en el mitin sentado en la tribuna con ex mandatarios como Eduardo Frei. Pero allí no habló más que Bachelet para decir que quiere un Chile con rostro de mujer. En un discurso ya casi de corte presidencial esta candidata que se define como «pecadora en el Chile actual por ser mujer, socialista, separada y agnóstica», no ahorró elogios para el cardenal Silva Henríquez que plantó cara al general Pinochet creando la Vicaría de la Solidaridad. Si el domingo no sucede algo inesperado, Bachelet sustituirá en La Moneda a Ricardo Lagos, un socialista que ha reducido la tasa de la pobreza que heredó al 40%, y que se va con el 75% de apoyo popular después de consolidar a Chile en la senda de los países con más crecimiento y estabilidad. Un abogado chileno nos dijo al saber que íbamos a entrevistar a Lagos: «Pregúntale como explica que los empresarios chilenos lo apoyen tanto». No hizo falta porque la respuesta se la daba gráficamente un empresario al director de Efe en Chile, José Antonio Alonso: «Con esta derecha en el poder se nos puede incendiar la calle mientras que Lagos nos ha garantizado seguridad para el crecimiento y modernidad». Bachelet deberá combatir la brecha digital al tiempo que cierra la brecha social todavía abierta porque las desigualdades entre ricos y pobres son aún muy pronunciadas. Lo hará con estilo propio como anunció en su mitin final: «Diré lo que pienso y haré lo que digo. Palabra de mujer». Será la primera presidenta en la historia de Chile si el machismo latente no lo impide y que los sociólogos electorales no infravaloran. Puede ganar pero eso es tan cierto como que Lagos estuvo a punto de perder hace seis años. Por eso hay prudencia y Felipe González participó de ella apoyando a la candidata, pero destacando que Piñera es un hombre interesante y equilibrado. Aunque eso sí, si gana, habrá no sólo presidenta en el país sino, además gobierno paritario. Una autentica revolución para Chile.

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