La voladura de un gaseoducto deja sin gas ruso a Georgia y Armenia
La reciente «guerra del gas» entre Rusia y Ucrania alteró el abastecimiento a los países de la Unión Europea. Ahora son las ex repúblicas soviéticas de Georgia y Armenia las que, en medio de una ola de frío sin precedentes, se han quedado sin el preciado hidrocarburo. Esta vez, la causa ha sido la explosión de dos bombas. El presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, cuyas relaciones con el Kremlin no están en su mejor momento, acusa a las autoridades rusas de estar detrás de lo sucedido y ha exigido el restablecimiento inmediato del suministro de gas. Moscú, por su parte, califica de «bacanal de histeria antirusa» las declaraciones de Saakashvili. Dos bombas de fabricación casera, según la Fiscalía General rusa, reventaron ayer por la mañana la conducción principal del gaseoducto Mozdok-Tiflis y una ramificación secundaria. Las deflagraciones se produjeron en territorio ruso, exactamente al sur de la república autónoma de Osetia del Norte, junto a la misma frontera con Georgia. A consecuencia de los daños que sufrió la tubería, tuvo que ser interrumpido el suministro de gas a Georgia y Armenia. El vicefiscal ruso, Nikolái Shépel, aseguró que los artefactos explosivos eran de fabricación artesanal y contenían cerca de 800 gramos de trilita. No obstante y pese a la proximidad de la conflictiva Chechenia, Shépel sostuvo que no se trata de una acción terrorista sino de «sabotaje de grupos extremistas». Saakashvili, sin embargo, ve la mano del Kremlin detrás del incidente, al que calificó de «acto de vandalismo».