Sócrates podría retar a Alegre a pugnar por el control del PS

«Con mi victoria, nadie ha salido derrotado». Quizá mientras pronunciaba estas palabras con su habitual semblante serio, Cavaco Silva se estuviera partiendo de la risa por dentro. Pasaban pocos minutos desde que el recuento lo confirmara como presidente de la República y sus rivales ya habían ofrecido los respectivos discursos reconociendo la derrota. Sólo hubo una de las cinco conferencias que no pudo ser seguida en televisión. Cuando Manuel Alegre se lamentaba ante las cámaras por haber dejado escapar la segunda vuelta «por sólo unas décimas», las imágenes se cortaron para ofrecer en directo la comparecencia del primer ministro. Los tertulianos que representaban a la candidatura de Alegre en los distintos sets televisivos mostraron abiertamente su indignación. La polémica fue a mayores, con un Sócrates evitando hacer mención alguna al todavía socialista, que había decidido presentarse al margen del partido, y agradeciendo los servicios del candidato oficial, Mário Soares. Desde la jefatura de Gobierno se apresuraron a emitir un comunicado de disculpa, asegurando que nadie había advertido al primer ministro de que el poeta intervenía en directo. El incidente es un paso más en el desencuentro entre los dos hombres del PS, que podría concluir en un enfrentamiento en las urnas por el control del partido. En principio, el congreso de la formación, donde se podría decidir el cambio de líder, no está previsto hasta después de las vacaciones de verano. Pero ya han surgido voces que piden adelantarlo. El resultado de las presidenciales evidencia el descontento de un electorado del PS muy fraccionado. Con los resultados en la mano, no faltaron las críticas desde la formación de izquierdas a la estrategia del independiente. La más dura, la eurodiputada Ana Gomes: «Tiene que ser responsabilizado por lo acontecido, ya que se presentó al margen del partido y contra el candidato del partido». Aunque el propio Sócrates aseguró que «no habrá ajuste de cuentas», lo cierto es que la situación interna es muy complicada. Alegre, todavía vicepresidente de la Asamblea de la República, afirmó en su discurso haber logrado «un milagro cívico, contra todo y contra todos». La tele lo dio en diferido.