«Yo misma animo a mis hijos a que se conviertan en suicidas»

Um Nidal Farahat, tiene 57 años y ha sido elegida entre los simpatizantes de Hamás en la franja de Gaza como una de las principales candidatas en su lista para las próximas elecciones legislativas del próximo día 25 de enero. Esta mujer de tez blanca, profundas ojeras, pelo oculto con un hiyab, anima sin titubear a todos sus hijos a perpetrar atentados suicidas contra Israel. Así, se ha convertido en el referente de todas las mujeres palestinas de la zona. Desde el sofá de su casa observa un gran cartel colgado en la pared con los retratos de sus dos hijos «mártires». Um Nidal (Madre del que lucha) asegura que si sale elegida «hará todo lo posible para que continúen las misiones suicidas, porque la entrada en el parlamento no significa el fin de la lucha sino todo lo contrario». Esta guerrera palestina ha sido madre de diez hijos, seis varones y cuatro mujeres. Dos de ellos ya han muerto y un tercero acaba de salir de la cárcel. El 7 de marzo del año 2002, Mohamed, de 19 años, fue el primero en caer al ser abatido por las fuerzas israelíes al intentar infiltrarse en el bloque de asentamientos de Gush Katif, en el centro de la franja de Gaza. «Yo le puse el Kalashnikov en la mano», afirma secamente. Un año después, su primogénito, Nidal, de 32, padre de seis hijos y experto en armas, preparaba un avión no pilotado cargado de explosivos para lanzarlo contra territorio israelí cuando le explotó el cargamento letal. Era febrero del 2003. Ambos pertenecían a las Brigadas de Azedín al Kasam, brazo armado de Hamás y, por ello, la facción los mantiene económicamente. Uisam, de 32 años, acaba de salir de la cárcel hace apenas tres meses después de haber cumplido once años de prisión por intentar llevar a cabo un ataque suicida en Israel. «Me siento muy orgullosa de mis hijos. Yo misma les incité para que fuesen a luchar. No me entristecía su muerte. Cuando mis hijos iban a morir solo me preocupaba el número de judíos que matarían». El Islam y la mujer La confianza que Hamás y su pueblo han puesto en ella la llena de satisfacción y explica que su principal interés es poner fin a todos los procesos de corrup-ción. «Vamos a intentar cambiar al máximo la situación actual para mejorar las condiciones de vida de todos los palestinos», dice. Um Nidal no cree en la discriminación de la mujer dentro de su religión y está convencida que «el mundo esta equivocado respecto a ese tema. Yo como mujer musulmana sigo los pasos del profeta Mahoma. Para él la mujer juega un papel muy importante en todos los ámbitos de la vida diaria. Doy continuidad al Islam, cuido de las mujeres y desempeño una gran labor a diferencia de las mujeres en otras religiones». Está madre islámica ha asumido bien su papel y además de participar en diversas actividades con asociaciones islámicas humanitarias, dar clases a las mujeres en las mezquitas sobre el Islam, invierte su tiempo en visitar a viudas, madres y hermanas de «mártires». «Una parte de mi trabajo es cuidar de las familias de los mártires y otra explicar dentro y fuera de Pa-lestina qué es el Islam», apunta. Reconoce la posibilidad de que algún día se llegue a alguna negociación con Israel. «Si pudiésemos negociar desde una posición fuerte para conseguir algún interés para el pueblo palestino... ¿por qué no?». Pero se enfurece, sin embargo, con la idea de reconocer el derecho a existir de Israel «Eso es una línea roja, podemos negociar para conseguir algo pero si les reconocemos significaría que perderíamos. ¡Eso jamás ocurrirá!».