El estado de bienestar es sometido a examen

El de hace dos semanas era el resultado que deseaban los opositores a la actual presidenta de Finlandia, la socialdemócrata Tarja Halonen, ya que la suma de votos de los simpatizantes de centro derecha y aquellos ciudadanos descontentos con la política actual podrían entregar mañana el poder al conservador y vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones Sauli Niinistö en la segunda vuelta de las presidenciales. Halonen no alcanzó el 50% de los votos necesarios para poder revalidar el cargo hace quince días, por lo que deberá enfrentarse ahora al segundo candidato más votado, que recibe el apoyo de la mayor parte de los demás líderes que concurrieron a las elecciones de la primera vuelta. Los últimos sondeos auguran una ajustadísima victoria de Halonen (51% de los votos) sobre Niinistö, y es de prever que la participación electoral sea clave para desequilibrar la balanza. Tarja Halonen (62 años) se convirtió en el 2000 en la primera mujer en alcanzar la presidencia de Finlandia, un cargo que se prolonga seis años y que sólo se puede ejercer durante dos mandatos. Como ocurre en el resto de los países nórdicos, los presidentes (el noruego y el sueco también son socialdemócratas) que se presentan a una reelección basan sus campañas políticas en la propuesta de fundamentos que mantengan el tan alabado estado del bienestar. Un 9% de paro En el caso de Finlandia, con algo más de 5 millones de habitantes, los extremos entre ricos y pobres se han marcado más en la última década, aunque la inflación no existe y el desempleo de momento no alcanza al 9%. Es el país del mundo que más depende de la explotación de los bosques, cuyo procesamiento representa el 8% del PIB y el 30% del total de exportaciones del país. Halonen ha creado un sistema laboral que fortalece a los trabajadores ante las empresas y ha utilizado la campaña para explicar los «peligros» de un cambio en la presidencia.