Dejó la religión por amor

La sombra de la recientemente elegida presidenta de Chile Michelle Bachelet ha sido alargada pero también refrescante para su homóloga finlandesa durante las últimas semanas. Las proclamas tolerantes que siempre han enmarcado la vida escandinava podrían haberse aliado ligeramente con la condición femenina de Tarja Halonen, aunque nadie duda de que su auténtico poder reside en la firmeza con la que ejerce su liderato. La socialdemócrata Halonen (62 años) se convirtió en el 2000 en la primera mujer en alcanzar la presidencia de Finlandia, un cargo que se prolonga seis años y que sólo se puede ejercer durante dos mandatos. Así pues, alcanzado el ecuador de su travesía presidencial, esta jurista defensora de los derechos humanos, tal y como muestran sus discursos de apoyo a los colectivos homosexuales en la cámara finlandesa y en el Consejo Europeo, podrá desarrollar el programa marcado por los socialdemócratas y varios partidos de izquierda, sus apoyos durante la campaña electoral. Posee una larga trayectoria parlamentaria y fue ministra de Justicia y Asuntos Exteriores. Hasta sus adversarios coinciden en elogiar el espíritu aguerrido de Halonen, que luchó por preservar su dignidad de mujer divorciada y sacar adelante a una hija de 26 años. La reelegida presidenta finlandesa está casada con un doctor en Derecho. Y lo hizo tras declarar públicamente que abandonaba la Iglesia Luterana. Dicen de ella que no admite bien las críticas y algunos lamentan su carácter arrogante, pero es el presidente mejor valorado desde la independencia de Finlandia, en 1917